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[Inspirado por la storyline de el juego Spiderman ps4]

Imagina que...

Las calles de Queens no volverían a ser las mismas, nunca más. No volverían a ser seguras, o no volverían a pintar sonrisas naturalmente como se suele hacer, y mucho menos si ya había una enfermedad que era cercana a la muerte. El frío constante en Nueva York podría ser una de las pocas cosas que no impacten demasiado luego de la abominación que estaría por ocurrir, o tal vez no bajarían las críticas de Jameson contra el héroe local, y quién sabe como terminarían.

Mucho estaba en riesgo, no solo la vida de tu mejor amigo, quién se había convertido en tu amor secreto más grande. Si no también la vida de muchos otros newyorquinos inocentes, o la vida de Norman Osborn, quién se comportó como un idiota todo este tiempo, pero sabías que no se merece morir. Peter sabe y piensa eso, y no dejaría que ningún humano, no importa el crimen que cometa, muera. Ese es el estilo de Spiderman.

Pero pensar estas cosas cuando hay seis locos sueltos, y un héroe con pijamas rojo, es una de las cosas que más se deben estar imaginando todos los habitantes de Queens. O del mundo entero, tal vez.

Tu té en la mano derecha te fue entregado en tus manos, lo que hizo que te despabilaras de aquel pensamiento continúo. Te alteraste un poco por los quejidos de los clientes detrás tuyo en la fila, y sin quedarte más tiempo demorando en ver los ojos verdes de el chico delante tuyo —quién también parecía estar de poca paciencia—, te retiraste con la bolsa marrón y el té en manos.

Tomaste un sorbo de tu bebida caliente, y agradeciste que fuera así, ya que sentías que era uno de los días más fríos de el mundo. Tu nariz, mejillas, y orejas rosadas, te demostraban el tipo de clima que apestaba en las calles de Nueva York. Sí, amas este tipo de clima, y en tu preferencia, una buena compañía es la lluvia, para hundir tus congelados dedos en la pesada sábana, mientras escribes un reporte para el Daily Bugle, con una taza de algo caliente a tu lado. De solo pensarlo te recorría un escalofrío en la columna vertebral.

Inhalaste el aire congelado y soltaste un humo tibio por tu boca, para comenzar a dar paso hacia el lugar más seguro de tu casa, y esperar a que la batería de tu teléfono no muriera, porque hoy Peter necesitaría mucha ayuda con información para derrotar a el Doctor Octavius. El puño de tu única mano libre se cerro y apretaste los nudillos con fuerza, con tan solo pensar en ese nombre tu sangre se te hervía. Te daba asco ese hombre, repugnancia total, pero le dabas crédito a las palabras sabias de tu mejor amigo, que hicieron que relajaras y no vayas a romperle la cara tú misma/o.

Y es que Parker tiene razón, no eres una super heroína y menos una súper espía. Pese a que tienes una increíble habilidad como reportera y para armar los planes de el héroe arácnido, cargar una responsabilidad como la que el castaño tiene en manos era mucho para manejar para ti. Por eso, imaginabas lo duro que debía ser utilizar la máscara y representar el nombre de Spiderman, mucho más para un ser común y simple como Peter, quién más allá de los poderes increíbles, tiene una habilidad para el hackeo, y es un científico prometedor, aparte de la gran facilidad para sus golpes. Porque Peter no es un niño de quince años, bueno, ya no, no cómo antes. Lo viste crecer con tus propios ojos al mismo tiempo que tú, y veías como su personalidad tranquila y curiosa nunca se desvanecía, como aquellos ojos brillantes color café. Ahora es un hombre de veinte años, en busca de un trabajo —puesto a que su último trabajo terminó fatal—, quién tiene la misma sonrisa que te enamoró desde pequeña/o.

Por más increíble que él sea, tus habilidades de súper espía eran nulas, pero sí considerabas tener un poco más de conocimiento y facilidad con muchas cosas. Como sentir que alguien te estaba siguiendo, como estaba pasando.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now