6/ TH

9.4K 389 47
                                    

—¡Está bien!—gritó ____, tratando de calmar al gigante delante de ella.
—Genial, ahora, acuéstate.—dijo el depravador, tratando de devorar a la víctima.

Aunque que pena que no sabía que la víctima era la depravadora aquí, porque años de entrenamiento la salvaron de muchas situaciones como esta.

—Ni en tus sueños idiota.—pronunció, levantándose en la cama.

Bastó con un solo golpe en su cara para adormecerlo, pero el violador supo levantarse y tratar seguir peleando. La pelea iba justa, ___ iba ganando y esquivando para dar más golpes..
Pero en un momento de la pelea, la chica estaba perdiendo fuerzas y era inútil tener que seguir rechazando, pero no se entregaría a tal propuesta asquerosa en tan poco tiempo. No le quedaba otra opción.

—Tom, puedes venir.—dijiste, haciendo que la puerta se derrumbara y se dejara ver a Tom Holland, tú compañero de crímenes.
—Veo que quieres toquetear a mi novia, eh?—protestó el chico, quién al lado del depravador era una semilla sin crecer.

El señor se empezó a reír, burlándose de Tom, pero se calló cuando en un abrir y cerrar de ojos el estaba desmayado en el suelo.

—¿Viste que me necesitabas?—preguntó el, acercándose a ti.
Sus ojos se helaron al ver que en tú pierna se mostraba una herida de un cuchillo, que era demasiado filoso que hasta podría cortar metal de una sola pasada. Aun así tú no morirías, él te cargó rápidamente.
—¿Qué haces? ¡Bájame! Debo terminar el negocio que fue interrumpido.—le ordenaste, pero el no te obedeció.
—El negocio podrá esperar, ahora, te llevaré a casa.—avisó, tirando un gancho para llevarte a el techo de el edifico en donde se encontraba su casa.

Cargándote fuertemente, y con la seguridad de sus brazos trabajados, entró por una fuga contigo hacia su habitación. Observaste la casa discretamente, toda su casa estaba desordenada, la pizza en la mesa a mitad de comer y la televisión prendida, se ve que tenía poca economía.

Te dejó en su cama, y te trajo vendas y alcohol desinfectante. Apenas notaste que te dolió, mientras que él te tocaba delicadamente para dejarte la herida sin ninguna marca.

—Bueno, no es la mejor atención médica pero es lo mejor que tenemos.—pronunció él con su acento británico.

Tus labios impactaron con los suyos y todo por tú culpa, estabas indudablemente loca por él.

—Lamento que a veces sea tan fría contigo, pero sabes que te amo.—dijiste sin saber.
Sus ojos se iluminaron.
—¿Acaso dijiste "te amo"?—repitió, sonriendo de oreja a oreja.
—Ay, no...—suspiraste—¡Bueno sí, lo dije!—sonreíste.

Empezó a bailar de la alegría, te sonreía y te hizo sentir millones de emociones.

Porqué aún así ambos estaban en el lado equivocado, sabían que juntos, eran correctos.

Tom Holland One-ShotsWhere stories live. Discover now