Prologo

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Lo que pensé que sería la mejor noche de mi vida término convirtiéndose en la más triste. Estuve ensayando por semanas sin parar, memorise la pieza de música al derecho y al revés, había dado lo mejor de mí y aquello había dado sus frutos, tenía el primer lugar pero me sentía como una completa perdedora después de todo no tuve con quien compartir mi triunfo. Habían pasado alrededor de dos horas y yo seguía afuera de aquel establecimiento en la espera de que alguien viniese por mí. La lluvia se hizo presente, el ambiente se tornó más frio y dentro de mí había un enorme sentimiento de ira y dolor. La fría brisa golpeaba contra mi cuerpo mientras que algunas pequeñas gotas de la lluvia salpicaban mis pies, frote mis manos contra mis hombros para calentarme un poco pero la verdad es que todo seguía tan frio y no solamente por fuera. En cuanto una luz ilumino la oscura calle y mire con atención el auto gris que se estaciono enfrente tome mis cosas para correr hasta aquel auto. Abrí la puerta lance aquel trofeo de primer lugar y el estuche con mi instrumento subí al auto de un azote cerré la puerta para mostrarles la molestia que sentía a mía padres.

—Anayansi —me llamo mi madre con dulzura mientras el auto se ponía en marcha.

—No quiero hablar contigo —me atreví a decirle mientras evitaba mirarla por el espejo retrovisor.

—Anayansi —me llamo con dureza mi padre por haber respondido de tal manera pero la verdad ni me importo.

—Tampoco quiero hablar contigo. Es obvio que tienen mejores cosas que hacer que el prestarme atención. Tan solo déjenme en casa y vuelvan a sus trabajos importantes.

—Anayansi —insistió mi madre—lamentamos mucho el haber llegado...

—Ya basta mamá. Se lo que dirás, tus excusas han sido las mismas las últimas semanas.

—Anayansi se que estas molesta pero si tan solo escucharas a tu madre...

—No quiero sus tontas excusas, esto era importante para mí y ustedes lo sabían.

—Escucha mi pequeña Bach...

—Los odio—dije interrumpiendo a mi padre formando un enorme silencio. Sabía que los había herido con mis palabras pero la verdad es que yo también me sentía herida.

Solté un largo suspiro al igual que mi madre, levante un poco la mirada para observarla ella me sonreía con ternura, se giró un poco para mirarme e hizo un puchero como niña pequeña tratando de provocarme una risa tal y como cuando era una niña pero yo tan solo la ignore. Cerré los ojos un momento y para cuando volví a abrirlos un gran golpe me hizo retumbar, escuchaba el rechinido de las llantas, sentía como todo se movía tan rápido y lo único que sentía fueron grandes golpes, uno tras otro. Todo me dolía desde las piernas hasta la cabeza, sentía un amargo sabor en mi garganta y un sonido agudo retumbaba en mi cabeza, mi vista era borrosa pero aun así podía notar que mi padre ya se encontraba en el auto y que mi madre se encontraba enfrente de mí con grandes golpes y un enorme rastro de sangre.

—Mamá —le llame pero ella no respondía —Mamá, ¿Dónde está papá?

Estire mi mano para tratar alcanzar a mi madre pero todo me dolía, escuchaba varios sonidos tan confusos, miraba varias luces brillantes pero no miraba algo que me indicara que ellos estuviesen bien. Y todo de pronto se volvió tan oscuro.

Las Cartas de Anna©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora