Capítulo 26

2K 89 1
                                    

-Aquí también, ¿en serio?

No puedo creer que hayan rosas aquí también.

Tomo las rosas, no se porque siento la necesidad de ver a Santiago.

Quito la mirada rápido y niego con la cabeza.

Él no puede ser, viene llegando y ni siquiera sabía que estaba aquí.

Son tres rosas con las letras P, Ó, N.

¿Perdón? Es lo que forma la palabra por el momento.

-No tengo tiempo para esto. -Salgo y cierro la puerta.

-Me puedes explicar que pasó ahí.

-Estos días han estado llegando rosas a mi casa, con letras y no traen remitente.

-Eso de las rosas es muy extraño pero hablo de lo que pasó con Santiago.

-Oh eso, no pude.

-Lo sé, pero debes hablar con él y terminar con esta situación.

Sólo asiento. Lo haré después, quizás mañana.

Tomamos un autobús para que llegar al centro. Luego el metro y así nos ahorramos mucho camino.

Llegamos al instituto ahí ya se encontraban los profesores del comité y los chicos.

Los saludamos a todos y nos dirigimos a comenzar nuestra labor.

La chica de la empresa de alquileres ya estaba ahí ordenando todo.

Colocamos dos mesas grandes una para las comidas y otra para los refrescos.

A los costados irán las demás mesas redondas, dejaremos un espacio en el centro y la tarima principal va enfrente.

Mientras terminó de darle las indicaciones a la asistente. Puedo observar a los chicos montar toda la estructura, hay ventilaciones a cada costado de las entradas de ahí lloverán pétalos de rosas.

Algunos profesores se encargan de poner las bolas de cristal de discoteca junto a proyectores de luces láser por todo el lugar.

Los chicos colocan la iluminación algunos bombillitos dorados en las graderías.

Las chicas se encuentran afuera armando la sorpresa. Las rosas aún no llegan y no hay preocupación por eso porqué ya todo está arreglado.

(...)

Todo quedó montado, sólo falta que llegue mañana y todo estará perfecto.

Es muy tarde, terminamos casi a las 7:00pm.

Mis pies ya no dan más, quiero llegar a mi casa y sentarme.

Sólo nos sentamos para almorzar y todo el día estuvimos ocupados.

Llegó a mi casa y abro la puerta. Mi familia está cenando, mi padre apenas me ve entrar se levanta y me abraza.

-Ay mi Sammie no sabes cuanto te extrañe a todas, te felicito mi amor por todo el esfuerzo que le pones a cada proyecto que te propones. Y mañana vamos a levantar ese diploma, estoy y siempre estaré orgulloso de ti.

Una lágrima cae por mi mejilla. Nunca había escuchado a mi padre tan feliz.

Mi felicidad está completa, tengo mi familia conmigo y sé que ellos nunca me van a defraudar.

-Gracias padre, esto se los dedicó a los tres, los quiero. -Todos nos abrazamos mamá, Em, mi padre y yo.

Cuando nos separamos mi madre me observa.

-¿Más rosas?

-Me llegaron esta mañana donde Sarah.

-¿Que pasa? -Cuestiona mi padre.

-Han estado llegandole rosas a Sam y no sabe quien las manda. -Responde Emily. -Hoy llegaron estas, con estas letras A, M, E.

Me dirijo a la habitación, tomo las rosas y las llevo a la sala. Las junto todas y forman PERDÓNAME.

Esto es muy extraño.

-Quien sea quien está mandando esto, en verdad quiere tu perdón. -Habla mi padre, yendo a la mesa.

-No hay duda que es hermoso todo esto ¿no Sammie?

-Es muy hermoso pero me gustaría saber quién lo manda.

En total tengo 8 rosas en menos de tres días.

Es increíble.

¿Cómo lo hizo?

No puede ser otra persona, más que él.

Tomo las rosas y las llevo a la habitación.

Mi madre me trajo un jarrón con agua, las coloque ahí.

Busco una pijama y me adentro al baño, estoy super cansada.

Me doy una ducha relajante, puedo sentir el agua caliente caer por mi espalda. Me relajo unos minutos bajo del agua caliente y salgo de la ducha.

Coloco mi pijama de cerezas, es de dos piezas larga. Me pongo medias rojas y me acuesto en mi cama.

Mi celular vibra. Lo reviso y tengo un chat con tres mensajes.

Una sonrisa se forma en mis labios.

Santi👫: Hola. Posiblemente estés dormida pero quería decirte que hoy estabas hermosa como siempre. En verdad necesitamos hablar. ¿Aún quieres que asista a tu graduación? Porqué yo me muero por verte graduar mi Sammie pero si tú respuesta es no, no te preocupes yo entiendo.

Siento mi corazón acelerarse, no puedo estar más feliz.

No tardo en contestarle.

Me: Te veo ahí, no me falles.

Estoy segura que no lo hará.

Hace mucho que no me llamaba "Mi Sammie".

Te quiero tanto, Williams. -Susurro.






Editada.

Mundos Opuestos Where stories live. Discover now