Capítulo 37

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Tomo el celular y le escribió a Michael.

Me: Ayúdame a salir de esta.

-Samantha sales por favor. -Mi madre me toca la puerta.

-Ya casi salgo.

Mi celular vibra, lo desbloqueo rápidamente.

Michael: Puedes salir, yo te ayudo y me cuentas que está pasando.

Estoy más tranquila, así que voy a salir.

-Buenos días. -Saludo.

Miro a Joanne y aún sigue dormida.

-¿Como seguiste Sammie? -Cuestiona Santiago cruzado de brazos.

-Bien. -Respondo.

-Samantha ¿estabas o no enferma?

-Me sentía mal nada más ¿por qué tienen que alarmarse tanto? Yo llame a los chicos para que me hicieran compañía nada más. ¿Cierto Michael?

-Es cierto, Sam nos llamó y decidimos venir hacerle compañía, nos dijo que estaba mal pero no enferma. -Dice cruzandose de brazos.

Joanne se despierta y se sienta en la cama.

-¿Qué pasa? Jmm Michelle y Santiago buenos días, que pena.

Cubro mi boca para evitar reirme.
Santiago y mi madre están igual pero nos miran con desaprobación.

-¿Por qué me miran así?

Michael le pasa un espejo a Joanne y está sale corriendo hacia el baño. Mi madre abandona la habitación y le sigue Michael.

-Tenemos que hablar Samantha.

-Ahora no puedo, estoy con ellos. Hablamos luego. -Digo, abandono la habitación.

Michael se encuentra sentado en la mesa, me acerco a él.

-¿Crees que me mate? -Pregunta refiriéndose a Joanne.

-Nos mata. -Reímos.

-Samantha cuando tengas tiempo me llamas. -Dice Santiago caminando hacia la puerta.

-Bien. -Contesto sin ganas.

-¡Que tengan lindo día! -Sale de la casa.

Mi madre me mira y niega con la cabeza.

-Detecto primera pelea. -Dijo Michael.

-¿Escuche mal? ¿Primera pelea dijeron? -Entra Joanne a la cocina.

-Si, están peleados. -Responde Michael.

-No es nada y ya dejen de hablar de Santiago por favor.

-Cambiemos de tema entonces, a ustedes dos los mato. Yo te invite y ¿me pagas así?-Señala a Michael.

Mi madre se ríe y nosotros también.

(...)

Salí con los chicos al parque del centro de Los Ángeles, queríamos distraernos un rato. Estamos sentados en una de las bancas del lugar comiendo un helado.

Michael nos cuenta que su madre junto a él quieren conocer the Museum of ice cream y su madre nos invitó a que fuéramos con ellos. Las dos aceptamos e iríamos en dos días.

Mi celular ha estado sonando muchas veces pero no quiero contestar.

Y si ahí está sonando otra vez.

Santiago llamando.

Miro la pantalla y dejo que la llamada pase.

-¿Nos vas a decir porqué estas así con Santiago? -Dice Joanne.

-No. -Respondo.

-Samantha Evans. -Michael me mira de brazos cruzados.

-Me siento confundida, no estoy segura que esto funcione, somos muy diferentes. No podemos tapar el sol con un dedo. Y ustedes saben a que me refiero. Por eso mentí en que estaba enferma o me sentía mal el día que nos íbamos a venir sólo quería estar en mi casa, lejos de él.

-Sabías que esto iba a pasar pero tú te arriesgaste por amor. -Dice Joanne.

-El que no arriesga, no gana.-Dice Michael.

-Lo sé, pero no quiero hablar de eso.

-Chicos no quiero asustarlos pero hace rato nos están tomando fotos.

Joanne nos señala a un señor que está escondido detrás de un árbol.

-No creo y nosotros porqué. No tiene sentido. -Digo.

-Somos famosos. -Michael sonríe.

-No me confío, mejor vámonos.

Salimos del parque para tomar el autobús. Llegue a mi casa en 20 minutos. Al parecer mi madre y hermana no se encuentran.

Los chicos ya se habían ido a sus casas. Me encuentro en mi habitación leyendo novelas en wattpad desde mi celular.

Me interrumpen dos toques en la puerta principal. Así que me levanto desganada y voy a abrirla, suspiro al ver de quien se trata.

-Santiago pasa.

Me hago a un lado para que pase y cierro la puerta.

A la última persona que quería ver era Santiago.

-¿Me vas a decir por qué me estás evitando y porqué me mentiste?

Aquí vamos.

-Santiago me dijiste en la mañana que cuando tenía tiempo te llamará he estado con Joanne y Michael.

-Bien, entonces dime ¿por qué me mentiste?

-Santiago tú crees que estaba cómoda en esa gran casa y tú no estuviste ahí conmigo. Yo sé son tus amigos pero me dejaste ahí, ni siquiera me dijiste que ibas a salir. Santiago ¿tú crees que esto funcione? Tú y yo somos diferentes.

-Sammie tú sabes que yo te quiero, te amo y si creo que funcione y disculpa que te haya dejado así, no sabía que te sentías mal estando ahí.

-Yo te amo Santi pero esto es complicado.

-Olvidemos esto Sammie y déjame recompensarlo otra vez. Mis padres quieren ir a la casa de la playa ¿lo recuerdas? Quieren que ustedes vayan, Emily se va para Hollywood y nosotros nos iríamos para allá.

-Si lo recuerdo, era muy divertido. Hablaré con mis padres.

-No te preocupes, ellos ya saben. ¿Qué estabas haciendo?

-Leyendo, vamos a la habitación.

Me adentro a la habitación y corro las cortinas ya que está oscureciendo.

Santiago me toma de la mano y jala de ella haciéndome estar muy cerca. Lo miro a los ojos y él sonríe, doy un pequeño beso en su hermosa sonrisa.

Sólo espero estar así siempre.

Me acuesto en la cama y él a mi lado.

-Samantha no vuelvas a pensar que esto no va a funcionar. Si nos queremos y luchamos lo lograremos. ¿Me lo prometes?

-Te lo prometo.

-Nunca más te dejaré sola, fui un idiota siempre supe que estabas extraña pero nunca pensé que fuera por eso. Lo siento.

-Ya no importa Santi.

Me acurruco en su pecho mientras él pasa su mano por mi cabello. Nos quedamos en silencio, sólo escucho su corazón palpitar muy rápido y su respiración es tan tranquila.

Su perfume Dior Sauvage, me fascina.

-Me encanta estar así contigo.

-A mi también. -Digo un poco dormida.







Editada.

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