Cuadragésimo octavo

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Harry

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Harry

— Estos no me gusta tanto como estos — ella me mostró otra bolsa de broches con adornos de objetos miniaturas de bebé, de esos que se ponen en tu ropa para eventos.

— A mí me parecen bien estos — tomé la bolsa anterior —. Estos son diferentes.

— Sí pero en esos el azul está muy fuerte, los que tomé tienen azul más claro — dijo al mirarlos una vez más.

— Entonces serán aquellos — la miré y ella asintió con su cabeza.

— Ya está — los puso en el carrito de compras — Ya tenemos todos los adornos, solo falta ir a la pastelería para encargar el pastel antes de que cierren.

— Pues hay que pagar esto e irnos directo allá porque ya falta poco para las siete — tomé conmigo el carrito y ella rió a mi lado.— ¿De qué te ríes? — le sonreí confundido.

— No sé creo que me estoy divirtiendo — miró hacia el frente con una pequeña sonrisa tímida. 

Ambos sacamos las cosas para dejarlas en la caja, terminando ellos de cobrarlas salimos con las bolsas llenas y las dejamos en la cajuela de mi auto. Manejando volteé a mirar a Stella que la vi con un gesto de molestia que me preocupó. 

— ¿Te encuentras bien? — volví mi vista hacia el frente.

— Sí estoy bien pero me duele un poco la espalda y los pies — suspiró con cansancio —, no sé si porque caminé mucho o es el embarazo.

— ¿Te duele la parte baja de la espalda, cierto? — la miré rápido y ella asintió — Podría ser inflamación del nervio ciático.

— Recuerdo haberlo leído en el libro que me diste — soltó una ligera risa.

— Me parece excelente que lo recuerdes — también reí —. La hormona relaxina se encarga de producir la distensión de los ligamentos y...

— Favorece la expansión de útero por lo que puede provocar molestias — me interrumpió, no la miré pero la vi sonreír por el rabillo de mi ojo —. También recuerdo aquello.

Bajamos del auto para entrar al negocio, Stella tomó con prisa mi brazo para que viera un pastel de exhibición. Parecía muy emocionada y debo admitir que yo estaba igual. Verla contenta me recordaba que debía apartarme luego de que todo terminara, pues yo quería que siguiera así de feliz sin mi como estorbo en su familia. Sabía que para ella no lo era pero iba a serlo al final del día, lo supe más cuando ella se apartó para atender una llamada imprevista de su esposo. Se le iluminó la mirada al hablar con él.

Luego de eso ella eligió el pastel que vimos, anotaron sus datos para avisarle cuando estuviese listo y lo pudiera recoger ese mismo sábado. Terminando yo me ofrecí comprarlo cosa que Stella se negó pero de todos modos yo lo pagué sin que se diera cuenta. Me dio su dinero como "batalla final" pero yo lo pagué con el mío.

Dr. StylesUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum