Septuagésimo

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Harry

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Harry

El parto por cesárea resultó exitoso, sostuve al pequeño bebé de Stella cuando el cordón umbilical fue cortado, solo que las enfermeras tuvieron que llevárselo para hacer su parte del proceso, y ahí es cuando Daniel fue para ver a su hijo. No podía ver a Stella por las cortinas azules frente a ella, pero supongo que estaba débil por los efectos de la anestesia ya que no pronunció ni una palabra. Sin embargo, utilizamos suturas para cerrar la incisión de las capas de tejido y músculo, y para la piel con suturas y grapas quirúrgicas. Por último, antes de que la anestesia se terminara, le aplicamos un vendaje.

Terminamos, tiramos nuestros guantes. Los compañeros y yo nos felicitamos como cada sesión finalizada ya que fue una más que resultó exitosa, y nos marchamos por un cambio de traje quirúrgico. Mientras Stella fue trasladada a la sala de recuperación donde permanecerá en observación. Ahí se le podrá mostrar su bebé, pero solo por unos minutos ya que ambos tienen que estar bajo chequeos constantes. Más ella, debido que próximamente le toca el arreglo de su columna.

—¡Mi bebé! —exclamó contenta cuando nos acercamos. La enfermera con Thomas, Daniel y yo fuimos hacia ella.

—Mira a nuestro pequeño hijo —sonrió Daniel, la enfermera le pasó al bebé y él le mostró sin dárselo aún.

—Primero felicidades, padres —mencionó la enfermera— Su hijo está sano, pero estará en observaciones solo por unos días en el que verificamos aún más el estado del pequeño. Lamento decirle que no podrá cargar a su hijo por ahora porque está dañada de la columna y no puede hacer movimientos bruscos ni recibir peso, pero ya será tratada en cuanto antes.

Stella mostró un rostro triste, sé lo mucho que le duele no poder tener en brazos a su bebé. Luego de tanta espera, por supuesto.

—Pero...—comencé a decir, todos voltearon a verme— Quizás podemos acomodárselo a su lado, sin que ambos tengan que moverse, ya sea solo por un rato. Así podrá verlo y sentirlo, agregando que su familia podrá pasar a verlos a los dos.

Miré a Stella, ella me sonrió muy agradecida.

—Suena una buena idea —la enfermera concordó conmigo.

La enfermera acomodó a la paciente para que Thomas pudiese estar acostado a su lado. Daniel ayudó en ello, y le puso al bebé. Stella lagrimeó al verlo, fue entonces cuando Daniel aprovechó su cercanía y la besó en los labios.

—Qué bonita familia, ¿no? —sonrió la enfermera al ver tal escena.

—Yo iré a avisarle a sus padres... para que vengan a verlos. Con su permiso —solo pude decir aquello antes de marcharme.

Saliendo, vi a sus padres esperando. Me acerqué a ellos con una leve sonrisa, que ellos al verme se acercaron a mí.

—¿Cómo salió todo? —se apresuró en preguntar su padre.

—Fue un éxito. Pueden pasar a ver a su hija y nieto —les comuniqué, su madre al solo oírme corrió lo más pronto posible.

—Gracias, hijo. Me da gusto que tú hayas hecho esto, usted significa mucho para mi hija y creo que usted lo sabe muy bien. De nuevo, muchas gracias —palmeó mi hombro, y con una sonrisa, se fue tras su esposa.

Stella

En cuanto la enfermera se marchó, peleé al instante con Daniel. De verdad no tenía derecho de haber hecho eso después de todo lo que me hizo. Él fue el causante de que nuestro hijo tuviera que nacer un poco antes de lo previsto.

—Carajo, Stella... no te enojes. Solo fue un beso.

Vi a mis padres entrar.

—O te vas, o les digo a mis padres que tú fuiste el culpable de que yo esté en este estado... y frente a ti. Mi padre no se quedará con los brazos cruzados, y lo sabes —le murmuré molesta.

Él solo soltó un enorme suspiró y se marchó derrotado.

—¿Adónde va Daniel? —preguntó mi madre con el ceño fruncido.

—Tiene cosas qué hacer, ya sabes... con su otra familia —dije resentida, pero más bien por su acto anterior. Yo tenía mis planes por supuesto, no les diría aún que él fue el que me golpeó.

—Qué bien que se fue ese imbécil —gruñó mi papá, pero pronto se relajó— Oh, nuestro pequeño nieto. Está durmiendo tan tranquilamente, me alegra que ambos estén bien.

Yo solo miré a mi bebé con mucha ternura, no podía dejar de verlo.

—¿Podemos cargarlo? —dice mi madre, yo solo la vi y hasta lo dudé.

—Adelante... —no tuve remedio.

Por más que sea mi madre, no podía dejar a un lado mis dudas. Ella no me apoyaba, y no la cedería tan pronto mi confianza, solo esta vez que sería la primera vez que ve a su nieto pero no volveré ser tan buena con alguien que siempre estuvo en mi contra y que prefiere a alguien tan despreciable como mi esposo que creer en mí, a su propia hija.

Hablé poco con mis padres, ya que la enfermera se llevó a Thomas y tenían que trasladarme a mí a otra sala. Me despedí de ellos y de mi bebé, y tuve que esperar a que vinieran por mí para llevarme al otro tratamiento necesario.

—¡Harry! —me contenté al verlo entrar.

—He vuelto —me sonrió levemente— ¿Estás muy cansada, cierto? —miró seguramente mis ojos caídos.

—Sí, quiero volver a casa con el pequeño Thomas... y contigo —dije tímidamente— Por cierto...—recordé— Lamento que hayas visto el acto de Daniel, me tomó por sorpresa.

—Yo lo sé —tomó mi mano con delicadeza—. No importa eso. Lo que importa es que tú hiciste un buen trabajo, fuiste muy valiente y Thomas es un bebé hermoso —dijo con orgullo que me hizo sonreírle.

—¿Cuándo crees que pueda salir de aquí? —cambié de tema, él se quedó mirando el techo pensando en eso.

—Aún tienes que reposar un poco, ponle que unos tres o más días dependiendo cómo reaccione tu cuerpo luego del posparto... y luego sumándole el proceso de tu arreglamiento con la columna, que eso depende más de lo que te diga el doctor respecto a tus análisis —dijo al separarse y yo hice una cara de disgusto que él rió.

—Lo entiendo, pero lo único que pienso es que todo esto fue por culpa de Daniel y yo la tengo que pagar —chillé.

—Por cierto, ¿adónde fue? —se preguntó con curiosidad al no verlo aquí conmigo.

—Lo corrí, luego de haberme besado —rodé los ojos.

—¿Qué harás al respecto? Tú sabes, sobre lo de la golpiza y el maltrato que sufriste —me miró con seriedad.

—Demandarlo, no queda de otra. Solo espero salir lo antes posible de aquí —dije y él asintió— Y ni crea que le pondré en el acta de Thomas que él es su padre. No lo merece, y no irá su maldito apellido ahí registrado. También mi nombre en todos mis registros, ya no soy más Stella Griffin, solo Stella Martin como siempre ha sido.

Dejé de mirar fijamente el suelo para ver los dulces ojos de Harry. Él me miraba atento, escuchando todo lo que decía.

En eso, los enfermeros entraron para verificar algunas cosas sobre mi estado. Harry tuvo que marcharse, justo cuando le iba a decirle que quería que mi hijo estuviera registrado como Thomas Styles. Solo que, iba ser inapropiado y apresurado por mi parte. 

Dr. StylesWhere stories live. Discover now