Dr. Styles

Quincuagésimo octavo

Harry

Había acordado que atendería a Stella hoy, sin embargo hubo cambio de planes con mi horario. Tenía que ir a quirófano a atender a una paciente dentro de una hora, pero media hora antes tenía que preparar todo junto con mis compañeros de área que también estarían presentes en el parto, por lo tanto no podía ir a la sala de ultrasonidos para atenderla y no tenía manera de comunicarme con ella ya que no podía sacar mi celular en hora laboral. Con mi tablero de notas, me acerqué al jefe de piso para discutir sobre los tiempos que tenía, a ver si me permitía pasar a la sala de ecos.

—¿Qué tal, doctor Bryson? —dejó de ver su tablero y me miró.

—Doctor Styles, ¿cómo está? —nos saludamos de mano. 

—Estoy bien, gracias por preguntar —él asintió—. Verá doctor, tengo una paciente por atender en menos de cinco minutos en la sala de ultrasonidos y ya había acordado en atenderla semanas antes. En menos de dos meses vamos a atenderla para su parto, y me gustaría verificar su proceso y anotar su avance. Claro, si usted me permite.

—Ya veo, te movimos repentinamente tu horario ahora que lo recuerdo —miró de nuevo sus notas—. He leído tus anotaciones sobre tus pacientes, ¿cómo se llama su paciente que lo espera? —cambió de hojas.

—Stella Griffin, doctor.

—Sí, aquí la tengo. Y efectivamente le queda menos de dos meses, ya hay que apartar una fecha para su cita en el quirófano para que le avise a su paciente —me vio—. Y no se preocupe, los demás trabajadores prepararán lo que falta. Creo que aún queda tiempo —checó su reloj—, sí queda tiempo. Vaya, y regresando lo veo en la sala con su traje y gorro quirúrgico. 

—Gracias, doctor. Lo veo en un momento más.

Era cierto que teníamos que apartar la fecha para Stella, y creo que avisarle aquellas noticias será algo que le emocionará. Y debo de admitir que yo también estaba contento por ello.
Pasé rápido a recepción para anotar mi actividad, y en ese momento también recordé que tenía que preguntar algo sobre la cita.

—¿Sabe quién está atendiendo en la sala de ultrasonidos? —dejé la pluma en el escritorio.

—La especialista en obstetricia, la doctora Elizabeth. Me parece que está en la sala atendiendo a sus pacientes—me informó la recepcionista mientras tomaba los papeles firmados. 

—Gracias, supongo que le haré un poco de compañía —sonreí un poco.

Stella

Daniel y yo nos quedamos de ver en la entrada del hospital. Al verlo acercarse a mí, sentí el pánico apoderarse de mi nervioso cuerpo. Sinceramente ya no podía verlo de la misma forma, mirarlo significaba sentir muchas cosas que no eran buenas. Él me miró de una forma tan neutral, y me indicó que pasáramos directo a lo que veníamos. Solo espero que Harry no tome esto con mucha sorpresa, aunque viendo ahora la situación parecía que quizás así lo tome y no lo culparía.