Put Me Down ✧ KookV

✧Put Me Down.

N/A: Creo que este es la publicación que más dolor de cabeza me ha causado en los últimos tres años. Primero no me salía la portada. Luego me salía, pero no podía exportarla por problemas externos a Photoshop. Lo siguiente, es que estuve dos horas para escribir algo que me convenciera, y cuando lo tuve, mágicamente se perdió. Casi me saca canas verdes... xD

Fic dedicado a jkVanteC, mi beranita amada ♡♡

Deseo de todo corazón que os guste mucho este nuevo proyecto. Sé que no parecerá la gran cosa, pero estoy súper emocionada por todo esto. Os quiero mucho.

[...]

Cuando en mitad de la madrugada, una moto se da de bruces contra su coche nuevo e impoluto, destrozándolo en el acto, a TaeHyung jamás se le pasa por la cabeza que, aquel joven universitario destroza-coches-de-último-modelo, pudiera poner todo su mundo patas arriba. Sin embargo, eso es exactamente lo que ocurre.

Luego de que un sinfín de problemas con la justicia, tuviera como resultado a Jeon Jungkook trabajando para el exitoso magnate Kim TaeHyung, muchas cosas se tuercen en la vida del empresario. Niveles de paciencia exclusivos por desbloquear, dolores de cabeza que resultaban todo un reto para los analgésicos y bastante dinero invertido en arreglar su nuevo coche. En pocas palabras: toda una pesadilla.

Durante años, TaeHyung ha tenido la fortuna de poder asegurar que contaba con los controles de su vida, en todos los aspectos posibles. Indudablemente, era el jefe. Nadie podía negarlo.
Desafortunadamente, ahí estaba él, dejándose controlar por un universitario rebelde, adicto a la nicotina, con el ego por las nubes pero la moral por los suelos. TaeHyung no podía reconocerse a sí mismo, pero había algo que le impedía detenerse.

Y es que, ¿qué podría buscar él, en alguien como Jungkook?

Lo tenía todo. Dinero, éxito, un futuro brillante... Su cara estaba en más portadas de las que podía contar con los dedos, tenía a miles de empleados trabajando y dependiendo únicamente de su apellido. Pero Jungkook le tenía envuelto a través de su dedo. Como la maldita cuerda de un yoyó. Y eso le encantaba.