Eight

16.9K 1.3K 2.7K
                                    

THE FAMILY IS COMPLETE AGAIN

—¿Enserio esa es mi abuela? —dijo Annie cruzándose de brazos para aligerar el ambiente.

Sirius y Lupin se sonrieron.

—Desgraciadamente sí, Hemos intentado sacarla durante un mes pero pensamos que puso un Encantamiento de Adhesivo Permanente al dorso del cuadro. —dijo Sirius, miró a Annie y abrió sus brazos— ¿no vas a darle un abrazo a tu hermoso padre?

Annie rió y se acercó para el abrazo. La castaña había decidido recuperar el tiempo perdido, y en cuanto a sus padres (Alan y Sarah) hablaría con los cuatro y decidirían lo mejor.

—¿Porqué no vienes acá, Moony? —dijo Sirius sonriente y extendiendo un brazo. Lupin se sonrojó un poco pero se fundió en un abrazo con ellos.

Se escuchó un click seguido de un flash. Annie sabía que fue Hermione.

Black besó a Lupin para después besar la cabeza de Annie y separarse.

Molly, Tonks y Hermione los veían con una sonrisa enternecida. Harry le sonreía a Annie.

—Bueno, será mejor que vayamos a la cocina —sugirió el animago tomando la mano del hombre lobo.

Siguieron a ambos por un oscuro pasillo. Este lugar era apenas menos sombrío que el vestíbulo superior, un cuarto cavernoso con ásperas paredes de piedra. La mayor parte de la luz venía de
un gran fuego situado en el extremo más alejado del recinto. Una neblina de humo de pipa flotaba en el aire, semejante a la humareda reinante luego de una batalla, a través de la cual se vislumbraban las amenazantes formas de pesados utensilios de cocina que colgaban del oscuro techo. Muchas sillas habían sido traídas para la reunión y en el medió se observaba una larga mesa de madera cubierta con rollos de pergamino, copas, botellas de vino vacías, y un montón de lo que al parecer eran harapos. El Señor Weasley y su hijo mayor, Bill, con las cabezas juntas, hablaban quedamente al final de la mesa.

La señora Weasley aclaro su garganta. Su marido, un hombre delgado, pelirrojo, con una incipiente calva y que llevaba unos anteojos de montura de cuerno, miró alrededor y brincó inmediatamente

—¡Harry, Annie! —exclamó sacudiendo sus manos enérgicamente— ¡Qué gusto verlos!

—Lo mismo digo, señor Weasley —sonrió Annie.

—¿Tuvieron buen viaje, chicos? —preguntó Bill entre un montón de pergaminos— ¿Ojo loco no los hizo venir por Groenlandia?

—Lo intentó —dijo Tonks, dando un salto para ayudar a Bill y derribando una vela sobre el último trozo de pergamino— Oh, no, perdón..

—Ay, querida —dijo la Sra Weasley, con tono exasperado, mientras reparaba el pergamino con giro de su varita mágica.

Annie y Harry se sentaron y les presentaron a Mundungus, el mago que los vigilaba y al que la señora Figg quería asesinar.

—Les debo una disculpa, chicos —gruñó su voz en medio de la nube maloliente.

—¡Por última vez, Mundungus —gritó la Sra Weasley— por favor no fumes esa cosa en la cocina, especialmente cuándo vamos a comer!

—Ah —dijo Mundungus.—Tienes razón. Perdón, Molly. —La nube de humo desapareció cuando Mundungus guardo su pipa en el bolsillo, pero un olor acre como de calcetines quemados permaneció.

—Y si quieren la cena antes de la medianoche necesitaré una mano —dijo la señora Weasley.

Annie hizo el amago de levantarse.

Annie y la Orden del Fénix Where stories live. Discover now