Twenty six

14.5K 1.1K 582
                                    

Se habían dejado caer en la mesa de la sala común para terminar los deberes aunque aquello era difícil, pues había mucho ruido en la sala común, proveniente de los estudiantes que observaban a los gemelos probar sus dulces experimentales. Fue al rededor de las once de la noche cuando la sala quedó vacía y al fin podían concentrarse.

Annie observaba a Harry. Era un mal año para el ojiverde, los estúpidos castigos de Umbridge, sus estúpidos decretos y Voldemort a la vuelta de la esquina.

Se había desanimado más cuando Angelina les había dicho que Umbridge aún no aprobaba al equipo de Quidditch de Gryffindor, y Annie sentía que Harry cargaba con la culpa de eso.

—Una foto dura más —dijo Harry sacando de sus pensamientos a Annie.

—Lo siento, sólo pensaba —se disculpó.

—¿En mi? —preguntó con una sonrisa traviesa.

Annie se encogió de hombros— Principalmente.

Harry rió entre dientes. Abrió sus brazos y Annie rodeó la mesa para ir a acurrucarse junto a él. Sentía que lo necesitaba.

—¿Puedo saber lo que mi vida piensa? —murmuró Harry atrayendo a Annie a su regazo y abrazándola por la cintura.

—Mm... —fingió pensar— ¿que este año estás más guapo de lo usual?

Harry sonrió pero se sonrojó adorablemente.

—Tú siempre has sido más hermosa de lo usual —susurró. Annie se sonrojó. Harry tomó su mano izquierda y la entrelazó con la de él.

El pelinegro juntó sus frentes, cerrando los ojos. Se había acercado a Annie para besarla...

—¡Sirius!

Harry gruñó haciendo a Annie reír.

—Mala suerte —susurró Annie separándose y levantándose para ir hasta la chimenea.

—¡Hola! —saludó Sirius sonriente.

—Hola papá —saludó Annie con una sonrisa.

Crookshanks se acercó al fuego,
ronroneando ruidosamente, e intentó, pese al calor, acercar su cara a la de Sirius.

—¿Cómo va todo?

—No muy bien —contestó Harry mientras Hermione apartaba a
Crookshanks para que no se chamuscara los bigotes—. El Ministerio ha aprobado otro decreto por el que quedan prohibidos los equipos de quidditch...

—...¿y los grupos secretos de Defensa Contra las Artes Oscuras? — preguntó Sirius.

—¿Cómo lo sabes? —inquirió Annie.

—Deberían elegir con más cuidado sus lugares de reunión —repuso Sirius sonriendo abiertamente—. Mira que escoger Cabeza de Puerco, ¡menuda ocurrencia!

—¡Bueno, no me negarás que era mejor que Las Tres Escobas! —replicó Hermione a la defensiva—, porque ese local siempre está abarrotado de gente...

—Lo cual significa que no habría sido tan fácil que los oyeran —comentó Sirius—. Todavía tienes mucho que aprender, Hermione.

—¿Quién nos oyó? —preguntó Harry.

—Mundungus, por supuesto —respondió Sirius, y como todos parecían muy desconcertados, rió y añadió—: Era la bruja del velo negro.

—¿La bruja era Mundungus? —se extrañó Harry, atónito—. ¿Y qué hacía en Cabeza de Puerco?

—¿A ti qué te parece que hacía allí? —dijo Sirius, impaciente—. Vigilarte, claro.

—¿Todavía me siguen? —preguntó Harry con enojo.

Annie y la Orden del Fénix حيث تعيش القصص. اكتشف الآن