Fourty two

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A MOMENT OF PANIC

-Pero ¿por qué ya no tienes clases particulares de Oclumancia? -preguntó Hermione con expresión ceñuda.

-Ya te lo he dicho -murmuró Harry-. Snape cree que ahora que he aprendido los conceptos básicos puedo seguir estudiando por mi cuenta.

-¿Quiere eso decir que no tienes sueños raros? -inquirió Hermione con escepticismo.

-Bueno, casi nunca -respondió Harry sin mirar a su amiga.

-¡Pues no creo que Snape deba interrumpir las clases hasta estar
completamente seguro de que puedes controlarlos! -exclamó la chica, indignada-. Harry, creo que deberías volver a su despacho y preguntarle...

-No -repuso Harry, tajante-. Déjalo, Hermione, ¿quieres?

Annie le dio una pequeña mirada se sospecha a Harry. Era el primer día de las vacaciones de Pascua, y Hermione, como de costumbre, había pasado gran parte del tiempo haciendo horarios de repaso para los tres amigos.

Ron se llevó una sorpresa al ver que sólo faltaban seis semanas para los exámenes.

-¿Cómo puede ser que eso te sorprenda? -le preguntó Hermione mientras tocaba cada cuadradito del horario de Ron con su varita para que se pintara de un color diferente según la asignatura.

-No lo sé -admitió Ron-. Han pasado muchas cosas.

-Toma, ya está -dijo Hermione, y le entregó su horario-. Si lo sigues al pie de la letra, no tendrás problemas.

Ron lo contempló con desánimo, pero de pronto su rostro se iluminó.

-¡Me has dejado una noche libre cada semana!

-Para los entrenamientos de quidditch -aclaró Hermione. La sonrisa se borró de la cara de Ron.

-¿Qué sentido tiene que entrenemos? -comentó, desalentado-. Tenemos las mismas posibilidades de ganar la Copa de quidditch este año que las de mi padre de ser nombrado ministro de la Magia.

Annie no dijo nada, pues no tenía cómo consolar a Ron. Harry miraba un punto fijo en la pared, perdido en sus pensamientos. La castaña lo había notado así desde la clase de Snape.

(...)

Annie tocó la puerta del dormitorio de chicos.

-¿Quién?

-¡Annie!

-¡Pasa!

La Gryffindor abrió lentamente la puerta. Su novio estaba acostado boca arriba en su cama, nuevamente perdido en sus pensamientos.

-Hey -saludó Annie cerrando la puerta. Caminó hasta su cama y dejó la caja que llevaba consigo en la mesita de noche. Se sentó a su lado mientras acariciaba su cabello.- la señora Weasley mandó sus huevos de pascua.

-Mhm -dijo Harry con los ojos cerrados, disfrutando de las caricias. Annie bajó sus caricias hasta su mandíbula, intentando relajarlo. El ojiverde suspiró.

La chica se recostó suavemente a su lado. Harry la atrajo hacia él rodeándola con sus brazos.

-Harry.. -murmuró Annie- ¿me dirás que es lo que sucede?

El azabache se tensó un poco.

-Ann..

-Sé que lo más probable es que no quieras contarme, y estoy bien con eso, pero últimamente andas más en las nubes de lo normal y me preocupa -musitó Annie. Harry suspiró.

Annie y la Orden del Fénix Where stories live. Discover now