Ten

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CLEANING

Annie fue despertada a la mañana siguiente por la señora Weasley. La castaña no había podido dormir mucho por todos los pensamientos confusos y la creación de posibles teorías en cuanto a lo que pasaría en el futuro.

Tonks había ido por su baúl a su casa, asegurándoles a sus padres que ella estaba bien y que Sirius y Lupin estaban con ella, dejándolos más calmados.

Se vistió rápidamente y bajó directo a la cocina guiada por el rico olor. La señora Weasley la apuró con su desayuno y la condujo a la sala, alegando que había una plaga de Doxys que debían eliminar.

Annie rendida, tomó una mascarilla de tela, y colocándosela sobre la nariz. En eso, llegó nuevamente la señora Weasley con Harry y Ron.

—Cubran sus rostros y tomen un spray —dijo la señora Weasley— es un Doxycida. Nunca había visto una infestación tan grande como esta. ¿Qué ha hecho ese elfo doméstico los últimos 10 años?

El rostro de Hermione estaba en gran parte cubierto por la mascarilla, pero Annie pudo verla lanzar una mirada de reproche a la señora Weasley.

—Kreacher es muy viejo y tal vez él no podía arreglar...

—Te asombraría ver lo que Kreacher es capaz de hacer cuando se lo propone Hermione  —dijo Sirius quien acababa de entrar a la habitación cargando una bolsa con marcas de sangre llena de lo que parecían ser
ratas— Acabo de alimentar a Buckbeak. Lo mantengo arriba en el cuarto de mi madre. Como
sea...este escritorio... —dejó la bolsa con ratas en uno de los sillones luego se agachó para examinar un gabinete cerrado, estaba sacudiéndose levemente.

—Bueno Molly, estoy casi seguro de que se trata de un Boggart —dijo Sirius mirando a través de la cerradura— pero tal vez tengamos que dejar que Ojoloco le de un vistazo antes de que lo dejemos ir...conociendo a mi madre, podría ser algo mucho peor.

—Tienes razón Sirius —dijo la señora Weasley.

El fuerte y metálico sonido de una campana sonó desde el piso inferior, seguido por el desagradable sonido de gritos y gemidos que habían sido producidos la noche anterior por Tonks cuando paso por encima del paragüero.

—¿Cuántas veces debo decirles que no toquen el timbre de la
puerta? —dijo Sirius exasperado, saliendo rápidamente del cuarto. Lo escucharon bajar rápidamente por las escaleras mientras que los gritos de la señora Black se escuchaban una vez mas por toda la casa.

La señora Weasley estaba agachada revisando la página sobre los Doxys que aparecería en la Guía de Gilderoy Lockhart sobre plagas del hogar, que estaba abierto en el sofá.

—Muy bien todos ustedes, deben tener mucho cuidado, ya que los
Doxys muerden y sus dientes son venenosos. Tengo una botella de antidoto aquí, pero espero que nadie lo necesite. —Se irguió, se paró frente a las cortinas y les hizo una señal con su dedo para que se acercaran.— Cuando les diga comiencen a rociar de inmediato —les dijo— Ellos volarán hacia nosotros, eso espero, pero dice en los sprays que una buena rociada los dejará paralizados. Una vez que estén inmóviles láncenlos a este
contenedor.

Ella dio un paso adelante, fuera de su línea de fuego y alzo su propio
spray.

—Muy bien... ¡rocíenlos!

Annie pensó que aquello era un poco divertido, pues observaba a los Doxys salir y quedar petrificados mientras caían en la alfombra.

—Fred ¿Qué haces? —dijo la señora Weasley llamándole la atención— ¡Rocíalo de inmediato y tíralo en el contenedor!

Annie y la Orden del Fénix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora