5.- Situaciones inesperadas

184 15 0
                                    

Unos insistentes y fuertes golpes en la puerta llamaron mi atención y no pude evitar sonreír con malicia.

—Adelante —gritó Anderson, molesto.

Moví la silla giratoria hacia la puerta y me deleité viendo a la persona que estaba entrando

Owen llevaba puesta una sudadera roja que hacia resaltar muchísimo su piel clara. Su cabello oscuro estaba desordenado como de costumbre pero esa vez se veía aún más. Quizás no hacía mucho que acababa de despertar.

Él, al verme, me dio una mirada repleta de incredulidad.

—¿Me acusaste con el director?

Solo me encogí de hombros y regresé a mi posición anterior.

Pues sí, lo había acusado con Anderson después de analizarlo muy bien. Creí que cualquier otra persona normal lo habría hecho así que, ¿por qué yo no? Además, no iba a perder la oportunidad de molestar un poco a Owen. Después de lo que me había hecho y del tremendo ridículo en el que me dejó, era lo menos que se merecía, ¿no?

—Señor Jones, tome asiento, por favor —le pidió el hombre de una forma tan tranquila que fácilmente asustaba. Hasta unos segundos atrás había estaba tan molesto e indignado, por lo que me extrañó que estuviera así.

Al llegar al instituto había ido a la dirección y me encargué de decirle todo lo que había sucedido unos días antes. Pude notar cómo se negaba a creerlo al principio pero al final, terminó por creerme. Después de todo, no tenía razones para dudar de mí.

Después de unos segundos, pude sentir la presencia de Owen a mi lado. Estaba tenso y molesto.

—¿Sabe por qué está aquí?

—¿Por qué Venus es una chismosa? —preguntó con sarcasmo.

Quizás creía que eso iba a molestarme o algo así pero la verdad era que solo lo estaba arruinando más con Anderson.

—Está aquí, señor Jones, porque tuvo un comportamiento terrible con su compañera...

Owen lo interrumpió con un resoplido— Ella no es mi compañera.

Bueno, con esa actitud, yo ya no me sentía tan infantil.

—Owen, no interrumpas. Deja de ser tan irrespetuoso —lo reprendí y él me miró mal.

Si Owen hubiera podido arrancarme la cabeza en ese momento, lo habría hecho sin dudarlo un segundo.

—Gracias, Venus —le sonreí al director amable y falsamente y él continuó con su regaño—. Claro que Venus es su compañera pero eso no está en discusión ahora. El problema aquí es su comportamiento. ¡Le echó una malteada en la cabeza! ¿Por qué hizo semejante atrocidad?

Quería que el director me ayudara con eso pero sentí que estaba exagerando un poco

—No es para tanto —Owen hizo un desdén, restándole importancia—. Y además, ella fue la que me provocó.

—¿Y de qué forma lo provocó? —el director parecía incrédulo y me dio la impresión de que casi se echaba a reír. Obviamente no estaba conforme con la explicación que Owen estaba dándole.

—Pues véala, tiene esa cara de mojigata que no rompe ni un plato. Es ridículo.

Quería reír pero me contuve al analizar sus palabras. Era obvio que Owen no le diría al director que se molestó conmigo por haberle ganado en una carrera, tomando en cuenta sus antecedentes, eso no le convenía. Y aunque yo ya lo había acusado y eso definitivamente le traería repercusiones, si yo abría la boca y decía lo de la carrera, él podría hasta terminar en la cárcel.

La maldición de Venus [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora