28.- Odiosa culpabilidad

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Venus Nardi

Decir que estaba desesperada era poco, sentía como si estuviera perdiendo la cordura poco a poco por no saber nada de Owen.

Sabía muy bien que tenía que darle su espacio, que tenía que permitir que él aclarara sus ideas para que luego que volviera a mí pero la angustia de que al final no lo hiciera, me estaba consumiendo.

¿Qué iba hacer si él le tenía miedo a lo que sentía y no quisiera verme más? No lo podía permitir pero tampoco quería presionarlo.

Eso se vería demasiado obvio, ¿no?

Al menos me estaba distrayendo un poco con la presencia de Anna en la casa.

Después de que ella mejorara su ánimo por lo que sucedió con sus papás, resultó ser una muy buena compañía para vivir. Hablaba, se movía de un lado para otro, veía buenos canales de televisión, era muy buena haciendo postres y, sobre todo, me distraía mucho con sus preguntas acerca de Roma.

Era tan amable y linda que no podía entender cómo sus padres no la habían buscado aún para que volviera a casa. Ella era de esas personas que te alegraba el día con solo sonreír.

—¿En qué parte viven exactamente? —estábamos en la mesa de la cocina comiendo un pastel que había preparado. A mí no me gustaba el chocolate pero debía admitir que ese sabía muy bien.

—Monti.

—¿Es un buen lugar para vivir?

—Todo el tiempo está lleno de turistas pero nosotros vivimos en un lugar bastante apartado de la civilización, así que, sí, es un buen lugar para vivir.

—No comprendo cómo es que pudieron salirse de la hermosa Roma para venir a este olvidado y frío pueblo —negó como si el asunto realmente le indignara—. Yo no lo hubiera hecho.

—Créeme, si hubieras estado en mi lugar también te habrías salido de ahí.

—Debió ser una muy buena razón.

No era buena pero si había sido una razón muy poderosa.

—Solo fue por diversión, Anna.

Eso la confundió pero, afortunadamente, Theo entró a la cocina antes de que pudiera preguntar otra cosa. Ella era demasiado curiosa.

—¡Tienen que venir a ver esto! ¡Está nevando!

Sonreí por su actitud— ¿De verdad?

—Sí, vengan.

Y lo seguimos hasta la ventana para ver como los copos de nieve estaban cayendo lentamente y aunque aún no era muy fuerte, era bastante notable que estaba nevando.

—Aquí cae nieve la mayor parte del invierno —dijo Anna—. Es un desastre.

—¿Por qué? —le preguntó Ezio desde el sillón. A él no le gustaba la nieve por eso seguía sentado en su usual lugar. No estaba impresionado.

—Siempre hay accidentes automovilísticos. La gente no se toma en serio cuando dicen en la televisión que no salgan de su casa si las calles están repletas de nieve. Les gusta jugarse la vida.

—Bueno, hay peores formas de jugarse la vida.

Eso trajo una idea a mi cabeza.

Era viernes por la noche y yo necesitaba salir de casa para distraerme y dejar de pensar en Owen así que parecía ser una muy buena idea ir a buscar a Ryan para aclarar los pagos del dinero que le había prestado. Después de todo, era algo que había descuidado y tenía que arreglarlo si es que Owen no decidía volver.

La maldición de Venus [✔]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن