32.- Importantes arreglos

115 11 1
                                    

Owen Jones

Venus y yo lo volvimos a hacer porque así éramos nosotros: ansiosos, pervertidos y con muchas ganas del otro. Y la verdad era que me encantaba. Esa conexión que tenía con ella a la hora de tener sexo era única y no quería perderla jamás. Quería seguir sintiendo que mi piel ardía, que mi boca se secaba y que mi miembro se ponía tan duro que resultaba insoportable.

Quería seguir sintiéndola durante toda la vida.

—¿Crees que Nolan ese fue? —dijo mientras se ponía ese short.

De nuevo, ese tono preocupado y suave cuando hablaba de él, me molestó.

¿Qué carajos tenía Nolan de especial?

—¿Por qué te preocupa tanto Nolan? ¿Sientes algo por él?

Ella me miró y ladeó la cabeza. Parecía realmente entretenida con mis preguntas— ¿De verdad estás preguntándome eso?

—No lo sé, Venus, me parece que lo hice hace unos segundos.

Volteó los ojos— No me gusta que seas sarcástico.

—Y a mí no me gusta que estés evadiendo mis preguntas.

—Le dije que se saliera de la habitación para poder hablar a solas contigo y te follé de nuevo siendo consciente de que podía estar escuchándonos. Ahora dime, Owen, ¿siento algo por él?

Alcé una ceja en forma juguetona— ¿Me follaste?

—No lo sé, Owen, me parece que lo hice hace unos segundos —atacó y yo sonreí.

Venus era todo lo que necesitaba, todo lo que me permitía ser yo mismo y todo lo que quería por el resto de mi vida. No quería volver a sentirme solo, tampoco incomprendido ni abandonado. Lo único que quería era sentirme vivo y Venus me hacía sentir así de nuevo.

—¿Cuándo será el vuelo?

Me costaba un poco decir: ¿Cuándo nos iremos juntos de este maldito pueblo?

—Saldremos el domingo por la mañana así que prepara todo lo que tengas que hacer porque estos días se irán muy rápido, ya lo verás.

—¿Le dirás a tus hermanos que iré con ustedes?

Ella me miró como si fuera obvio— Por supuesto.

—¿No tendrás problemas? La última vez que estuve aquí Ezio se comportó bien conmigo que no sé si ya le agrado o no.

—No te preocupes por eso, Owen. Ezio no se interpondrá con que te llevemos, de hecho, le gustará la idea.

Me pareció extraño pero no dije nada. Quizás su hermana era un poco reservada e iba a ser bueno para él enterarse de que iba a comenzar a vivir con un chico, y aunque fuera con el que había tenido problemas antes, aun así se sentiría feliz por ella.

Preferí no pensar en eso.

—Bien, entonces me tengo que ir a arreglar todo. Me pasaré con Ryan y luego a casa para recoger algunas cosas antes de que llegue Lidia.

—¿A dónde irás después?

—Con Sack —ella me echó una mirada y yo me acobardé un poco. Ella podía parecer muy dura cuando se lo proponía—, o quizás vaya a un hotel.

—Puedes dormir aquí, Owen, después de todo, tenemos que acostumbrarnos a dormir juntos.

A mí no me iba a costar mucho acostumbrarme pero no iba a decir nada si eso significaba poder dormir juntos esos últimos días en Forks. Dormir con Venus me traía tanta paz y tranquilidad que era algo que quería seguir experimentando. Aunque al principio fue algo extraño pues nunca había dormido con ninguna mujer antes, se había convertido en una de mis cosas favoritas en el mundo entero.

La maldición de Venus [✔]Where stories live. Discover now