25.- Cruel manipulación

144 9 3
                                    

Chloe Denson

Hubiera querido decir que ir a la casa de Venus e incendiarla había salido como yo esperaba y que por fin había admitido que ella era la culpable de la muerte de Mad, pero eso no era lo que había pasado.

Estaba igual a como había empezado. Ella seguía sin admitir nada y parecía cada vez más molesta cuando me veía. No iba a negar que comenzaba a tenerle miedo. Si había hecho el asesinato perfecto con Mad, no quería ni imaginarme que era lo que podía hacerme a mí.

Todos mis instintos me decían que me mantuviera alejada y en calma, que algo andaba muy mal en Venus y que era preferible que no me arriesgara tanto, pero no podía parar. Estaba tan llena de rabia, de impotencia, de dolor, por la muerte de mi mejor amiga que no podía dejar las cosas como estaban. Tenía que hacer algo para que esa perra terminara tras las rejas, o al menos poder conseguir algo que le sirviera al Sheriff Fernsby para poder arrestarla y ganar tiempo para reunir las pruebas necesarias sobre el asesinato.

Sabía que tenía que apurarme porque el caso de Mad estaba a punto de cerrarse, pero estaba tan desesperada que no podía pensar con claridad.

Detuve el auto y me concentré para buscar algo que me ayudara.

O alguien...

Había visto a Anna Hughes entrar a su casa, cuando estaba agarrando valor en mi auto para incendiarle la casa, por lo que ella estaría muy cerca de Venus y quizás podía notar algo raro en esa casa endemoniada pero, si Venus estaba ayudando a Anna, dudaba mucho que quisiera ayudarme a mí. Ella era demasiado leal. Como aquella vez que Mad intentó persuadirla para que le contara un poco de la vida de Owen, pero como era de esperarse, Anna no había cedido.

Sentí una punzada en mi pecho.

Extrañaba tanto a Madeleine y me dolía mucho pensar en ella.

Mi mejor amiga...

Me enfoqué otra vez antes de que comenzara a llorar. Cuando esa perra estuviera en la cárcel, tendría mucho tiempo para sufrir en paz por mi amiga.

Ella y Owen estaban acostándose pero él no me iba a decir nada. También estaba comenzado a estresarlo por estar de entrometida.

No había ninguna oportunidad de que me acercara a su hermano Ezio porque él también me odiaba. Recordé las miradas asesinas que me daba cada vez que nos veíamos en nuestra clase de cálculo integral.

Me estremecí.

Él me resultaba escalofriante, incluso mucho más que Venus.

Mi última posibilidad era Nolan. Ellos tenían algo pero no era tan fuerte. Eso era obvio. Quizás había una mínima posibilidad de que él supiera algo o de que hubiera visto algo mientras estaba con Venus. No perdía nada con intentarlo. Él y yo habíamos hablado un par de veces cuando nuestros mejores amigos nos dejaban solos. Era bastante amable conmigo y notaba que le agradaba así que dudaba que no quisiera ayudarme.

✡️

Como no tenía idea de en donde vivía Nolan, tuve que ir al instituto cuando fue la hora de salir con la esperanza de que estuviera ahí. Bajé de mi auto y comencé a buscar el suyo. Suspiré una vez que lo encontré.

Me pondría en la puerta del piloto y él no tendría posibilidad de escapar de mí hasta que me dijera algo importante. Podía ser muy insistente cuando me lo proponía.

Pasaron unos cinco minutos hasta que él salió. Noté que frunció las cejas cuando me vio parada junto a su auto.

—¿Y ese disfraz?

La maldición de Venus [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora