37.- Triunfo asegurado

114 9 0
                                    

Venus Nardi

En cuanto Owen y Ezio desaparecieron por las escaleras, me lancé a los brazos de Cira. La chica se sorprendió porque yo no era precisamente cariñosa pero la había extrañado tanto y ella me había sido de gran ayuda para mi cometido en Forks. Cira me enseñó a ser un poco amable, empática, cariñosa, tolerante, moderna.

Cira era mi mejor amiga.

—¿Para mí no hay abrazo? —replicó Zac al instante porque no le gustaba sentirse de lado.

—Sigues igual —volteé los ojos pero lo abracé. De inmediato me apretó con fuerza y respiró sobre mi cabello.

—Y tu olor sigue siendo exactamente igual. Te extrañamos.

—Y yo a ustedes.

Ambos se sorprendieron.

—Cuidado —dijo Theo—, Venus ahora es más cariñosa.

—Ese chisme ya está por toda la mansión, no te preocupes —Cira hizo un desdén.

—Mataré a Cecilio —mascullé.

—Preferiría que no. Es mi cuñado.

—Pues Zac tiene un hermano muy intolerable e entrometido.

Zac se separó de mí— No, al parecer sigues igual.

—Hay que ir al estudio, tenemos mucho de qué hablar.

Nadie protestó, todos querían saber lo que había pasado en Forks y cómo era que pude llevarme a Owen hasta Roma. Incluso Theo, quien ya lo sabía todo, nos acompañó al estudio.

Pasamos por la tercera puerta para entrar a la sala y luego seguimos hasta la puerta que había en el fondo para entrar. Me alegré tanto de ver ese lugar de nuevo, además del balcón de la mansión, el estudio era mi lugar favorito de toda la casa. Ahí podía pensar con claridad, podía aislarme cuando lo deseaba, obtenía silencio ahí dentro. Todo olía a canela, justo como lo recordaba, pero también había otro olor muy fresco que no lograba distinguir.

De inmediato miré a Cira.

—Tranquila, solo yo he entrado aquí y me he encargado de que huela bien. ¿No te gusta?

Noté que estaba nerviosa.

¿Tan cruel era como para que ella creyera que me iba a molestar solo por mezclar un nuevo aroma al estudio?

Ni siquiera necesité respuesta.

—Cira, está bien —fui hasta el pequeño mini bar que tenía ahí. Como siempre, había una botella de Blue Label esperándome. Me serví un trago.

—Ese color de cabello te queda espectacular. ¿Dónde te lo hiciste?

—En Seattle, cuando llegamos.

—Creí que los cambios de look no servían de nada —ella bromeó y yo volteé los ojos. Por supuesto que no lo iba a olvidar.

—Bueno muchas cosas han cambiado —me senté en la silla detrás del escritorio para estar más cómoda. Esa charla iba para largo.

Ellos se sentaron frente a mí y Theo a mi lado sentado en uno de los recargabrazos de la silla.

—Sorpréndenos —comentó Zac.

Sabía que él quería saber todo lo que había cambiado enpues era más que obvio que yo no volví siendo la misma que cuando me fui, estaba segura que mis expresiones, tono de voz, movimientos, todo se veía diferente en mí, y no era estúpida como para negar lo obvio pero eso no era lo importante en ese momento, después de que el plan llegara a su final ya tendríamos tiempo para mis revelaciones.

La maldición de Venus [✔]Where stories live. Discover now