14.- Contacto explosivo

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Owen Jones

La carretera estaba completamente hecha un asco. La maldita tormenta combinada con el lodo que se estaba formando, hacía que perdiera el control de mi auto por algunos instantes. Yo iba con los nervios de punta y en cambio Venus, se veía muy relajada y sumergida en sus pensamientos.

Desde que nos habíamos subido a mi auto ella no me había dirigido la palabra más que para darme la dirección de su casa. Aunque la verdad era que no la necesitaba ya que Nolan se había encargado de dármela la otra noche que había llegado ebrio a mi casa, pero no se lo dije, solo fingí que prestaba atención cuando me la dijo.

Salí de mis pensamientos al sentir como mi auto se deslizaba por sí solo hacia la derecha.

Tenía que detenerme unos instantes o ambos acabaríamos muertos y yo no quería morir esa noche y mucho menos por culpa de la lluvia.

—Me detendré unos instantes hasta que pare un poco la lluvia. No puedo conducir así —le informé mientras me detenía en la orilla de la carretera desolada.

Había conducido en circunstancias peores pero todo el tiempo iba yo solo en mi auto, esa vez era evidentemente diferente porque iba acompañado, y sinceramente no quería que me acusaran nuevamente por asesinato.

Eso me hizo sonreír.

¿De verdad todo el mundo pensaba que yo era el culpable de la muerte de Madeleine?

No me daba miedo ensuciarme las manos pero tenía en claro que mis actos debían valer la pena. Y matar a Madeleine, no la valía. Ella era una gran chica pero sus sentimientos arruinaron lo que teníamos, bueno, si es que en algún momento llegamos a tener algo en concreto.

—¿Qué es gracioso? —esa voz profunda, suave, sexy y misteriosa, sonó a mí lado.

Me di cuenta que no había borrado aún la sonrisa de mi rostro— Nada.

Me negaba rotundamente a compartir mis pensamientos con ella. Aunque anteriormente nos habíamos aliado para darle en el trasero a la familia Bailey junto con Chole, ella no era alguien de mi entera confianza. Aún recordaba claramente como me dejó humillado frente a todas esas personas que vieron la carrera aquella noche y que estaba involucrándose con Nolan y Ryan de maneras que estaban logrando desagradarme. Sobre todo con Ryan. Ahora ella sabía del negocio en el que estábamos metidos y eso era algo que podía usar en nuestra contra en cualquier instante.

No negaba que quise golpear a Ryan por confiar en ella pero sabía que no tenía otra opción. Si no juntaba ese medio millón para pagar la droga que le habían robado, estaríamos perdidos.

Todos nosotros.

Y por todo eso—me costaba admitirlo— pero era mejor tenerla cerca para poder anticipar sus movimientos. Me iba a esforzar por tenerla vigilada mientras durara su trato con Ryan. Siempre era mejor tener al enemigo cerca, ¿no?

Dejé de pensar en todo eso ya que sabía que no llegaría a ningún lado y en cambio, me centré en observarla. Venus era hermosa de una manera auténtica y misteriosa. Era elegante y sofisticada pero al mismo tiempo era sexy y provocadora. Y ella lo sabía. Tenía mucha confianza en sí misma. Estaba consciente de lo hermosa que era y de lo mucho que podía deslumbrar a cualquiera que la mirara por más de minuto.

Como Anna.

Ese pensamiento me hizo hervir la sangre.

No lograba entenderlo. No entendía cómo carajos había podido involucrarse con Venus y no conmigo un año atrás.

Anna y yo habíamos sido amigos. Incluso me atrevía a decir que ella era la única amiga que había tenido en toda mi vida. Nos habíamos conocido en el instituto así que teníamos poco tiempo conviviendo pero eso no impidió que nuestro lazo se volviera muy fuerte. Confiaba en ella como confiaba en Nolan, aunque en ella un poco más. Le hablé sobre mis sombras del pasado, sobre mis miedos, sobre los dolores que aún me invadían, ella sabía todo de mí. Nunca fui un hombre sentimentalista, mucho menos de esos de los que se enamoraban, pero no era idiota, sabía que comenzaba a sentir algo más por Anna que un simple cariño de amistad.

La maldición de Venus [✔]Where stories live. Discover now