24.- Nuevas noticias

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—Creo que está listo —dijo Owen, terminando de desinfectar la herida y de vendar mi mano.

Al parecer las heridas eran mucho más profunda de lo que me había imaginado, tanto que el nuevo médico Owen Jones había sugerido llevarme al hospital para que me cocieran pero me había negado al igual que Ezio así que él se ofreció a curarme.

No podía haber registros de nosotros ni siquiera en el hospital.

—Me pregunto por qué serás tan bueno en curar heridas —dije con sarcasmo y él sonrió. Ezio seguía sentado en el sillón a lado de nosotros con los nervios de punta. También estaba preocupado por mi mano.

—De hecho, nunca me curo mis propias heridas pero me vi obligado a aprender desde pequeño.

Mi humor y mi sonrisa se esfumaron por completo. Había hecho un mal comentario sin siquiera proponérmelo. Noté como la sonrisa de Owen también se desvanecía poco a poco mientras guardaba todo en el botiquín. Me sentí culpable pero no podía pedir disculpas o algo parecido así que preferí cambiar el tema.

—Cómo eres muy buen médico te regalaré las dos botellas que compramos anoche. Por si quieres divertirte nuevamente.

—Me gustaría aceptarlas pero no quiero otro dolor de cabeza como cuando desperté. Prefiero un tequila. Ya sabes, lo normal.

—¿Qué botellas compraron? —pregunto Ezio repentinamente interesado. Lo miré y me guiñó un ojo con suma discreción. Se había dado cuenta de lo que mi comentario había ocasionado en Owen y me estaba ayudando a desvanecer la tensión.

Al parecer ya nos estábamos arreglando.

Esa idea me hizo sentir bien.

No me gustaba estar distanciada de él y mucho menos molesta.

—Blue Label.

—Oh, esa es buena.

Owen rio— Ya veo que es un gusto de familia.

Sonreí.

Un destello de un viejo recuerdo llegó a mi mente.

La mano de mi padre con un pequeño vaso lleno de ese whisky. Era su favorito.

Sacudí mi cabeza como si eso de alguna forma me fuera a ayudar. Aunque no lo hizo.

De lo único que nunca vas a lograr escapar es de tu propia mente.

Nos mantuvimos en silencio hasta que Theo bajó las escaleras. Ya estaba vestido y recién bañado lo que quería decir que no había durado tanto tiempo con Anna como tanto había temido. No me agradaba ni un poco la idea de que se relacionaran. Theo no era una buena influencia para ella.

—Se quedó dormida en cuanto tocó la cama. Mi instinto maternal dice que no había dormido en toda la noche.

Reí— ¿Instinto maternal? ¿De qué hablas? ¿El fuego te afectó?

Me miró mal pero antes de que pudiera decirme algo, su atención se puso en mi mano vendada— ¿Estás bien?

—No es nada grave —respondí de inmediato pero Owen me miró y tuve que arreglarlo—. Puede que necesite puntos pero esperaré unos días para ver si las heridas se recuperan.

Eso lo dije solo para que Owen se estuviera en paz. Por nada del mundo dejaría que alguien me cociera alguna parte del cuerpo, además, sabía que no me iba a morir por unos cortes en la mano.

—¿Y qué haremos con esto? —señaló la ventana y la pared manchada de negro.

Ni siquiera había pensado en eso.

La maldición de Venus [✔]Where stories live. Discover now