"Mi Riesgo" (Segunda Parte, Saga Arriesgarse)

Capitulo 5

Nunca me había sentido tan relajada, libre por unos minutos mientras que las puntas de mi cabello que quedaban debajo del casco ondeaban a todas direcciones gracias a la velocidad de la moto.

Llevaba varios minutos abrazada al cuerpo de Danner, no me dijo a qué lugar iríamos y tampoco logre yo decirle mis intenciones, ya que se esfumaron de mi mente apenas puso sus manos en mis piernas desnudas, no sabía cómo con solo hacer eso, algo se alteraba dentro de mi. Odiaba ser tan perceptible al tacto de Danner, aun no lograba descifrar mis actitudes que tenía con él o simplemente porque mi cuerpo reaccionaba a él, aun cuando yo misma me negaba a querer sentir algo que comenzó silenciosamente desde que Ethan no me tomo más en cuenta volviéndose más frío que lo normal, pero oculte y guarde bajo miles de candados esos sentimientos cuando Danner por un mes completo prefirió sus malditas botellas de alcohol antes que pasara su tiempo conmigo. 

Ese mes trate de introducir a unos de mis Demonios dentro de mi única realidad en que era completamente yo, sin escusas, sin dramas, sin ningun pensamiento mas de lo que quiera dibujar o pintar. Ademas tambien queria ayudarlo a salir de su vicio pero por lo que note, sería un trabajo muy difícil.

Me abracé más al cuerpo de Danner, dejando descansar mi mejilla en su espalda, mientras cruzábamos a toda velocidad Champs-Élysées, era la avenida más hermosa que nunca hubiera visto, con tal solo mirarla y ver todos los autos, motocicletas y bicicletas tan diferentes uno de otros mezcladas en un solo lugar, mis manos comenzaban a ponerse inquietas por querer dibujar o pintar. Era la misma sensación, pero sin cosquillas en mi intimidad, cuando dibujaba a uno de Los demonios Holand.

Danner siguió derecho hasta terminar de recorrer la gigante avenida, llegando al centro de París para estacionarse bajo el Arco del Triunfo, no tenía ni idea si se podía o no y no quería que lo multaran por ganarse en un lugar no debido pero en segundos, se me fue la pequeña y estúpida preocupación. Me afirme en los hombres de Danner para poder bajar dándome un pequeño impulso, cuando puse los pies en el suelo al lado de la moto, acomode mi falda de cuero en su lugar sin despegar la vista de lo que tenía enfrente nuestro.

―Por un ángel― digo sin más al mirar los hermosos ángeles esculpidos a mano en el arco, eran hermosos, cada expresión de dolor, orgullo, miedo y alegría estaba esculpido a mano en cada uno de los querubines que se encontraban ahí. Sus cuerpos sobre salían de una manera elegante y bien hecha, no había ningún error en la estética. Me saco el casco pesado de la cabeza, al igual que mi bolso y lo dejó caer al lado de la moto, para caminar hacia el centro del Arco.