Capitulo 30 (Parte 2)

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Channel:

Una parte de mi, al estar rodeada del aroma particular de Danner dentro de su auto, comenzaba a  arrepentirse de haberlo dejado ahí tirado como un cachorrito. Pero mi otra parte, la parte racional y que piensa más las cosas, aunque muy pocas veces lo haga, me decía que bien merecido se lo tenía. 

Porque en vez de ser un cachorrito en el gimnasio, era un pitbull rabioso. Y con mucha rabia por contagiar.

Javier no era más que un chico que conocí hoy mismo en el gimnasio. No era ni siquiera mi amigo, a pesar de que en otras circunstancias si se podría haber transformado en ello. Y muchísimo menos era una conquista, porque de mi parte no había coqueteo mutuo, pero no. Danner solo tenía que ver la parte en que yo estaba encima de él y el queriéndome besar, nada más.

Y, ¡Dios! ¿Quién lo entiende? Fue el mismo Danner quien había contratado a Javier para que me enseñara a defenderme.

Ag, cuánto lo odiaba en este momento.

Maldita sea el día en que Danner volvió a poner patas arriba mi mundo. 

De tanto estar centrada en mis pensamientos mientras conducía, recordé que no sabía en donde nos debíamos juntar con Connor. Así que aparqué a un lado del camino,coloque las luces intermitentes y saque el celular del bolsillo de mi poleron para llamarlo. 

Al tercer tono contestó.

―¿Channel?―se escuchó extrañado. No esperaba escuchar mi voz―¿Estás bien?¿Te paso algo?.

―Baja la palanca a la preocupación Anderson, estoy bien―dije dejando el celular en el tablero del auto para poder abrir el GPS en los controles de este―Te llamo porque necesito la dirección en donde nos íbamos a juntar.

―Pero si tu esclavo sabe la dirección.

Mis cejas se juntaron al escuchar eso y mi mirada fue a parar a un punto fijo mientras mi mente pensaba a lo que se estaba refiriendo―¿Esclavo?―negué con la cabeza―No te entiendo.

―Me estoy refiriendo a Danner―dijo después de unos segundos en que vio que de mi parte no había más respuesta.

―Aaaaah, sobre eso―solté una risita nerviosa―No está conmigo, voy yo sola. Así que dame la dirección por favor.

―¿Ahora que paso?―hablo cansado, como si ya se hubiera imaginado un sinfín de escenas en su  cabeza con solo escuchar mi frase.

―¡¿Y como sabes que paso algo?!―pregunte alzando la voz―Ya dame la dirección Connor.

―¿En donde estas?―pregunto de la nada.

―¿Y eso que tiene que ver con la dirección?―volví a arrugar la frente juntando las cejas. Como no obtuve respuestas de su parte, solté un suspiro―Estoy a unas cuadras del Centro turístico―dije mirando por los vidrios del auto.

―Perfecto, yo estoy ahí. Ven, desayunamos, hablamos y luego nos vamos a lo que tenemos que hacer.

―Pero yo no quiero desayu…

―Tienes 10 minutos para llegar―y con eso corto la llamada.

―Aag―volví a gruñir mientras miraba el celular con odio―¡Hoy estoy de turno!.

Apague el GPS del auto y me digne de mala gana a ir al Centro turístico. No quería ir, no tenía ninguna pizca de ganas de ir, pero fui igual por el simple hecho de que si no me presentaba, no sabría cómo aprender a disparar y en estos momentos, eso era más importante que mi enojo.

Después de diez minutos en llegar y otros diez minutos en encontrar a Connor, por fin estaba con él.

―¡Te odio!―grité mientras corría hacia él, sin que me importara que la gente pensara que estaba loca. Ya a unos pocos centimetros de distancia pegue un salto y me encarame a la espalda de Connor como un koala―¡Di tres vueltas completas al centro hasta que te vi parado aqui como un tonto!.

"Mi Riesgo" (Segunda Parte, Saga Arriesgarse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora