Siempre estas cuándo te necesito

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Narra Levi

Busqué a ese mocoso por todo el cafe-bar y no estaba por ningún lado, cuando me aseguré que no estaba salí para avisarles.

-Oí, Eren no está en ninguna parte-.

-¡¿Eeeehh?!-. Dijeron Armin y Mikasa, los demás ya se habían ido en los Uber.

-Pero hace un momento estaba en el baño-. Dijo Mikasa.

-Pues estaba, porque ya busqué por todas partes, debió salirse en lo que estábamos subiendo a todos-. Respondí.

-Tenemos que salir a buscarlo, ¿nos separamos? Así será más rápido-. Hablo Armin.

-Si, Armin tu sube al Uber y buscaras a larga distancia en las calles, Mikasa y yo buscaremos a corta distancia en los rincones-.

-Si, llamémonos si lo encontramos-. Armin subió al Uber, y este arrancó.

-Yo iré de este lado, tu ve de aquel-. Me señaló Mikasa en dirección contraria.

Asentí y nos pusimos en marcha. No solo busque por fuera en las calles, tuve que meterme en los restaurantes, bares, cafés y hasta antros para ver si estuviera ahí. Pasaron al rededor de veinte minutos y nada, esa mocosa estúpida debe estar toda paranoica. 

Ya llevábamos buen rato buscando y el estúpido de Eren no aparecía y ni si quiera sonaba su celular, enviaba directo a buzón.

Ya estaba haciendo muy tarde y ahora también me apuraba esa mocosa, no voy a negar el hecho de que ella llama mucho la atención de los hombres, y estamos hablando de una mocosa a altas horas de la madrugada del domingo donde en las calles hay incontables sujetos ebrios o bandidos. Siguió pasando el rato y nada, ni una llamada; ya me estaba hartando y apresuré aun más mi paso, dí vuelta en una esquina, no tuve precaución y como consecuencia choqué y terminé tropezando y cayendo encima de la otra persona; y esa persona no era nada más y menos que la mocosa por la que también ya me estaba preocupando. Por el impacto cerré mis ojos, levante mi cabeza y mis ojos se toparon con los pechos de Mikasa, mi cara se puso roja y me levanté de inmediato, tal vez no sea el momento apropiado pero al tener su cuerpo tan cerca a mis fosas nasales llego un aroma exquisito.

-Oye enano ten más cuidado-. Dijo ella parándose y sobando su cabeza.

-Eso debería decir yo mocosa, tal vez yo iba rápido pero tu ibas como caballo desbocado-. Gire mi cabeza, sentí que un seguía colorada, por dios Levi no caigas en esas niñadas.

-Como sea, ya busqué en muchos lugares, incluso dentro y nada-. Dijo alterada.

-Cálmate, el que te alteres no servirá-.

-Y qué quieres que haga, agg olvídalo seguiré buscando, tal vez ni siquiera buscaste bien, después de todo a ti no te importa-. Paso delante de mi.

-Tal vez si, tal vez no, pero una mocosa paniqueada que se muere por el si-.

-Entonces mejor vete, pierdo el tiempo discutiendo contigo-.

-Así como estas no se que clase de locura hagas y no quiero...-.

-Ensuciar tu apariencia, tu reputación, es lo único que te importa, ya lose; no soy una niña a la que deban cuidar Levi-. 

-Oí, mocosa testaruda, aunque no lo creas soy una persona muy sentimental-.

-No me hagas reir enano, que clase de persona sentimental se compromete con alguien a quien no ama en lugar de poder estar toda la vida con la chica de la que esta enamorado-.

-No hables si no sabes Mikasa-. Estaba enojado.

-Levi tu que sabes de amor-. Giro ella a verme con un ceño fruncido.

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