El día que nos separamos

1K 121 22
                                    

-Levi yo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Levi yo...-. Mikasa seguía mirándolo, a pesar de que su corazón ahora era todo una mezcla de emociones: deseo, envidia, dolor, tristeza, pero sobre todo su cabeza estaba hecha un lío lleno de confusión. Todo lo que le decía Levi, le caía como balde de agua fría. -Nose si creerte esque...-.

La chica volvió a agarrarse la cabeza y apretar en sus puños su cabello; Levi creía que lo hacía por desesperación debido a todo lo que le había contado sin saber que en realidad eran punzadas en su cabeza.

Levi se puso de pie, camino a un poco más de un metro lejos de Mikasa, le dio la espalda y dio el suspiro más pesado de su vida. -Si, puede que no lo recuerdes, es lo más seguro, lo siento, no debí presionarte así...-. Giro su cabeza para volver a verla. -Solo quiero que me comprendas Mikasa, los dos éramos inseparables aunque no nos viéramos para nada seguido, aún así todos esos momentos fueron los mejores de mi infancia... son los únicos en los que tenía a las dos mujeres que más he amado-.

La oji gris lo miraba con tristeza.

-El día que me dijiste que irías a vivir a Shinganshina, significaría que si antes nos veíamos poco ahora apenas y nos veríamos, y no creí que esa vez sería la última..... hasta hace meses que llegaste a la universidad-.

Flashback

-¿Te vas a ir?-. Le pregunto un niño de cabello negro a una niña del mismo color de cabello.

-Ya no... ya no podré jugar contigo-. Contestó la niña mientras tallaba sus ojos llenos de lágrimas. -No me quiero ir de aquí, nose si te voy a ver otra vez-. La niña lloraba, estaba triste, se iría a vivir a otra ciudad y estaría más lejos de su R.

-Oye M, no llores-. El pequeño niño la abrazó intentando calmarla, aunque él también tenía emociones deprimentes porque ahora sería aún más difícil ver a su dulce M. -Te prometo que volveremos a vernos y jugaremos como siempre hemos jugado... así que, más te vale no olvidarme-.

-¡No¡ ¡Yo nunca te olvidaría!-. Entre suspiros y lloriqueos la niña seguía abrazando al más grande. -Eres mi mejor amigo y te quiero mucho-.

-Ya no llores M, llenarás de mocos mi ropa-.

-Entonces dime que lo prometes, que prometes que nos volveremos a ver-. La niña miró a la cara del chico sin soltarlo.

-Tonta, ya te dije que lo prometo-. Le dio palmaditas en la cabeza de la más pequeña. -Pero tu también tienes que prometerme algo, promete que por fin me dirás tu nombre-.

-Si, lo prometo-. La pequeña volvió a abrazar con más fuerza al niño. -La próxima vez que nos veamos te diré mi nombre, y tu también me dirás el tuyo-.

La escena era tan conmovedora y tierna, un pequeño de siete años, abrazando con fuerza a una niña de cinco años; ambos unas almas inocentes que jamás podrían imaginar una tragedía que les esperaría.

Miradas Frías Where stories live. Discover now