Miradas Frías

Desayuno

Narra Levi

La alarma sonó, ya eran las nueve de la mañana, seguía abrazando a Mikasa y ella a mi, sonreí, pues apesar de solo haber dormido unas cuatro horas fueron largas para mí, siempre he sufrido de insomnio y dormía muy poco, pero esta fue la primera que pude dormir con más tranquilidad y por más tiempo. Estire mi brazo para apagar la alarma.

Mikasa comenzó a moverse, estaba despertando, baje mi mirada hacía ella, abrió sus ojos y rápidamente se separó de golpe de mi y saltó de la cama, arrastrando las sábanas para taparse.

-Ah, yo, espero que ya te sientas mejor-. Dijo desviando la mirada.

-Si, estoy mejor-.

...

Se formó un silencio demasiado incómodo.

-Y-yo iré a vestirme-. Iba a tomar su ropa pero miro la sábana, tendría que soltarla para agarrar las prendas.

-De que te avergüenzas, es como si usaras un bikini mocosa-. Le dije, me acosté en la cama y puse mis antebrazos encima de mi cara. -No voy a mirar-. Volví a decirle y seguido sentí como caía la sábana en mi cara.

Tch mocosa infantil. Cuando escuché que cerró la puerta del baño descubrí mi rostro y me paré para ir a mi armario por mi ropa, la pierna ya no me dolía, podía apoyarla bien; en cuánto me cambie Mikasa igual lo hizo.

-Oí, ¿tienes hambre? No suelo desayunar pero ¿qué hay de ti?-. Le pregunté.

-¿Ah? Ah si, pero no voy a dejar que cocines-. Me respondió.

-Tch, es igual-.

-No para mí-. Salió de la habitación y los dos fuimos hacía la cocina.

-Usa lo que quieras, tengo que hacer una llamada-.

-Si, gracias-.

Fui hacia la sala mientras ella se quedó haciendo el desayuno. Prendí la pantalla de mi celular y tenía un mensaje de él señor Ral.

"Hola Levi, llámame en cuanto leas el mensaje".

Abrí su contacto y marqué, solo pasaron unos segundos y contestó.

-Oh, Levi, no esperaba que contestaras tan pronto-.

-Si no es momento puedo llamar más tarde-.

-Oh no no no, no es a lo que me refiero, mmmm en fin, podríamos reunirnos mañana en la tarde para confirmar el contrato-.

-Con gusto señor Ral, ya finalice de revisarlo-.

-Oh me alegro, y recuerda que puedes llamarme Isao-.

-¿Dónde lo encuentro mañana?-.

-Te enviaré la dirección y hora ¿De acuerdo?-.

-Como guste, si eso es todo, tengo que colgar, me encuentro algo ocupado-.

-Oh si esta bien, no interrumpo más-.

-Nos vemos señor Ral-. Y colgué.
Iba a guardar mi celular en el pantalón y rápidamente sonó una notificación, era la dirección de la reunión, es un restaurante de comida japonesa y es a las dos y media de la tarde; guardé mi teléfono y caminé hacía la cocina, en la mesita de en medio ya estaban nuestros dos platos, era un desayuno muy sencillo, huevo estrellado con tocino, y un pan tostado con mermelada de fresa y otro con mantequilla y azucar.

-Am, ¿Quiéres café o...-.

-No, ya hiciste suficiente-.

-Enano engreído-. Contesto en bajo pero logré escucharla.