Sasha y Nicolo

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Narra Sasha

¡Rayos, rayos, rayos!
Gracias al cielo Mikasa y Annie me ayudaron con mis tareas, enserio les debo una. Faltaba un minuto para que mi clase de matemáticas comenzara e iba corriendo al salón, me había quedado dormida y ni siquiera tuve tiempo de desayunar.

Las clases siguieron hasta la una de la tarde y mi entrenamiento de arco comenzaba seguido de que las clases terminaran. El entrenamiento terminó hasta las dos y media y me moría de hambre, fui a la cafetería y estaba hasta el tope, ¡agh! Al final opté por mejor buscar algún restaurante de comida fuera del campus. Llegue a un restaurante, no se veía lujoso, un termino medio, pedí una mesa, me llavaron a ella y me dieron la carta; todo se veía tan delicioso que se me hacía agua la boca de solo ver las imágenes, quería probar de todo.

Llegó el mesero y yo ya estaba lista para pedir.

-¿Desea para ordenar?-. Me dijo el mesero.

-Si, quiero estos cuatro-. Señale en la carta.

-Entendido-. Apuntó los platillos en su pequeña libreta y se fue.

No sabía que pedir, quería de todo, si pedía un platillo grande llenaría con uno o dos, así que en lugar de pedir uno así, pedí cuatro pequeños de diferente tipo.

En cuanto los platillos salieron de la cocina el olor llegó a mi y quedé hipnotizada.

-Que los disfrute-. Los pusieron sobre mi mesa.

-Muchas gracias-.

Comenzé probando un pequeño bocado de cada uno, lo cual terminó por convertirse en uno grande; no tengo palabras para describir el sabor, ¿Dulce? ¿Salado? ¿Agridulce? Esto estaba tan delicioso mi paladar debe estar bailando con estas maravillas.

Sentí la mirada de varias personas, algunas me miraban con repugnancia y otros se reían pues mis gestos y expresiones solo eran de gozo y degustación.

Termine estas joyas de comida, tomé la servilleta, limpié mi boca y solicité la cuenta, me agache para abrir mi mochila y buscar mi cartera, moví mi estuche de lápices, algunos libros, libretas, mi calculadora y.... mierda.

No encontraba mi cartera por ninguna parte, mierda mierda mierda mierda.

Se me vino a la cabeza Mikasa o Annie, les llamaré para que me traigan dinero y cuando regresemos les pagaré.

Eso hubiera sido una grandiosa idea, de no ser porque también olvidé mi celular. Me di de golpes en la cabeza contra la mesa.

-¿Todo en orden señorita?-. Llego el mesero con la cuenta.

-Bueno... vera... creí que traía mi cartera pero ya busqué en mi mochila y no esta...-. Dije muy apenada.

-¿Y no puede marcarle a alguien?-.

-¡También olvidé mi telefono!-. Comencé a llorar desesperadamente y ahora que voy a hacer, me van a enviar a la cárcel por no pagar esta deliciosa comida.

-Ah bueno, aguarde un segundo-. Dijo el mesero apenado ante mi actitud y se fue de la mesa. Pero después regresó de nuevo.

-No se preocupe puede retirarse-. Me dijo calmado.

-¡¿Qué?! Pe-pe-pero...-. Me levanté de golpe de la mesa.

-Espero que haya disfrutado mi comida-. Y dicho eso me guiño un ojo.

Se me hizo extraña la actitud, agarre mi mochila y camine hacía la salida, antes de cruzar la puerta giré a ver al mesero y este se encontraba en la caja pagando. Acaso el... ¿pago la cuenta?

Miradas Frías Where stories live. Discover now