🍫 His Smile 🍫 [Yugkook]

U╹ᆺ╹U (68)

- Vayamos a un restaurante ¿Sí? ya es demasiado tarde.

YuGyeom había finalizado de vestirse. Decidió ponerse una camisa de su compañero de departamento, era una color azul a la cual arremangó las mangas y un pantalón no tan ajustado que encontró por ahí y lucía limpio, un par de zapatillas de un tenue color azul y bajó.

Jungkook perdió su vista en todo el departamento, comenzó a recorrer cada lado de aquel lugar el cual se sentía extrañamente cálido, sin saber si ese sentimiento le trasmitían las paredes de tenues colores blanquecinos y grises o era la viga que dejaron sus dueños actuales. Era bien hermoso y simple para dos personas, en parte lo sintió acogedor a comparación del suyo que lo sentía muy solitario, por estas últimas razones es por lo que invitaba muy seguido a Taehyung a pijamadas para no sentirse abrumado.

El mayor debía admitir que YuGyeom se veía muy guapo luego de bañarse y ya vestido con aquella camisa azul y su cabello peinado. Quizás lo iba invitar más seguido para ver sus diferentes outfits y poder abrazar su cintura en la motocicleta como lo estaba haciendo ahora.

La cintura del menor era pequeña, y sus hombros anchos solo hacían a ésta aún más pequeña. Jungkook quiso apoyar su mejilla contra esa ancha espalda que le hacia pecar. Sus brazos se enrollaban tan bien en la cintura ajena que sintió que estaba hecha solo para que él pudiera abrazarla.

Maldijo entonces a aquel casco de color negro sobre su cabeza que no le dejaba ver mucho el rostro de su pequeño chico o el poder permitirle apoyar su mejilla contra aquella ancha espalda.

De repente sacudió sus ideas.

¡Debía dejar de pensar en eso!

Iban a ir a un restaurante a comer comida que iba ser deliciosa, iban hablar de temas diferentes que ellos dos iban a entender a la perfección, se reirían por anécdotas y luego cuando terminaran cada uno iba volver hacia su hogar sin decirse nada más.

¿Entonces por qué se sentía nervioso? Como si estuviera ansiando algo más.

No quería que el tiempo pasara tan rápido, pero parecía que la suerte no estaba de su lado.

En un ligero parpadeo ya se encontraba dentro de un restaurante simple pidiendo su comida, el reloj indicaba que eran las 8 de la noche con algunos minutos, y su mirada se veía perdida en la piel blanquecina del pequeño chico en frente suyo hablando eufórico de un dibujo animado.

- ¿Vio el anime que le recomendé? -dijo de pronto, Jungkook parpadeó varias veces para volver a la realidad y asintió.

El menor le había recomendado un anime cuando se enteró que al contrario también le gustaban. Aún recuerda el pequeño berrinche que le hizo cual niño pequeño solo porque no había visto esa serie que era su favorita.

- Lo estuve viendo el fin de semana. Aproveché mi domingo entero y el lunes para ver algunos capítulos, sin embargo aún no la termino.

- ¿Le gusta? -el brillo curioso en los ojos de su Dongsaeng le hacen pecar.

- Sí. Enserio tenías razón, es una buena serie y tiene emoción en cada capitulo. Enserio me atrapó y me arrepiento de no haberlo visto antes.

- No se preocupe. Quizás a Hyung sólo le gustan esos programas románticos de chicas donde hay besos y pequeños toques. -comentó con cierta burla mientras sacaba la lengua demostrando disgusto haciendo reír al mayor.

- ¡Claro que no! Me gusta más el gore. Cuando se sacan las tripas entre sí, programas con persecuciones policiales. Aunque... Lo romántico tampoco me disgusta.

- A mi lo romántico me da sueño y melancolía. No me gusta ver mucho romanticismo porque me recuerda a mi amarga soledad. -arruga su nariz haciendo reír a Jungkook.

- Pronto encontrarás a alguien que quiera ver películas románticas y de anime contigo sin que te sientas solo. -Jungkook apoyó su codo en la mesa y recargó su mejilla sobre su mano viendo directamente a los ojos chocolates de su menor.

- Y usted de seguro tiene a alguien con quien ver como degollan a una persona o le sacan las tripas con un cuchillo...

No quiso decir que sí, ni tampoco negar la obviedad, solo notó como de pronto la mirada del menor decayó. Jungkook vio como aquel adorable brillo de emoción se iba perdiendo de a poco y no entendió mucho la razón.

Tampoco le dio tiempo a preguntar ya que el mesero había venido con sus ordenes listas y tuvieron que parar su conversación para poder comer