Vaitiare vive para la perfección, hasta que su mundo se desmorona tras la llegada de un misterioso pelinegro, quien le hará experimentar sensaciones que nunca imaginó.
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Si ya viviste un cliché en carne propia, lo sabes.
Sabes cómo termina todo, c...
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"Todo desastre comienza con Hyder"
Ahora, en este punto de todo me pongo a pensar.
Lo insistentes que siempre fueron aquellas chicas conmigo para convencerme de cada fin de semana salir al club nocturno del momento, ellas tenían toda una labor que cumplir conmigo.
Mis amigas tienen razón siempre, terminé volviendo a Nuova vita noche tras noche después de la primera vez.
Realmente me divierto aquí, creo que es porque estoy con ellas y siempre tenemos algo divertido que hacer.
Es sábado por la noche y como ya se nos hizo costumbre a mis alocadas amigas y a mí, estamos en el mejor lugar de la ciudad para divertirse.
Parece que desde que aparecí por primera vez en este sitio, el tiempo entre semana pasa a la velocidad de la luz y aunque no quiera admitirlo en voz alta, últimamente me encanta que pase tan rápido que no puedo siquiera preocuparme por el estrés de la vida semanal.
A sido una semana tan agotadora, entre hacer un par de ensayos e intentar mejorara para empezar a hacer una rutina para mi audición a la escuela de Danza, he estado realmente agotada.
Pero nunca puedo negarme a mis alocadas amigas.
Aunque claro hace dos semanas solo venimos Alice, Cloe y yo, Sam a estado viendo a este chico del que prefiere no hablar, toda la semana, está tan inmersa en él que ya no tiene mucho tiempo para salir con nosotras.
Por mí, está más que perfecto que la tierna Sam salga con alguien que la haga sentir de la forma en la que se le ve, con los ojos brillando de emoción y esa enorme sonrisa en el rostro.
Cabe resaltar que lo único que sabemos del chico es que es mayor que ella y tal parece que tiene mucho dinero por lo que me cuenta Cloe, además de que Sam cada vez trae más joyas de con piedras preciosas incrustadas y más accesorios de los que sus padres pueden costear.
La música suena alto e inunda hasta mis pensamientos, las personas bailan al ritmo de esta con sus cuerpos sudados y frenéticos por cada movimiento.
Sentada en el taburete de la barra veo como Hyder del otro lado me observa mientras habla con la morena de la anterior noche, la sostiene de la cintura y a cada nada le susurra cosas en la oreja.
La morena atrapa sus labios en un rápido movimiento a lo que Hyder no tarda en responder y tomarla por el trasero pegándola más a él, pero no aparta su mirada de la mía, en realidad parece como si disfrutara besarla mientras me mira.
Ruedo los ojos ante su acoso visual y prefiero ignorar lo que haga.
—Por favor, solo hay que bailar un par de canciones. —suplica Alice junto a mi— No puedes quedarte toda la noche aquí haciendo perder el tiempo a Josh.
