Ayuda

912 79 7
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


"Un poco de ayuda puede endulzar tu amarga vida"


Número desconocido:

Será mejor que cierres la boca, gatita.

Aún tienes que saber toda la verdad.

XoXo

Leo el mensaje por tercera vez para asegurarme de que es la misma persona que a estado molestándome desde hace semanas.

Suelto un suspiro y vuelvo mi vista al pizarrón frente a mí, las horas han estado pasando con menor rapidez a cada segundo y empiezo a sentirme peor con cada mirada desaprobatoria de parte de las chicas y un par de comentarios lascivos de los chicos de la preparatoria.

"Y nosotras que pensábamos que eras una santa, Tiare" "¿Cuándo puedes enseñarme esos movimientos?" "Quien diría que tú eras la más zorra"

Los comentarios siguen en mi cabeza, repitiéndose como una grabadora malograda, a cada momento en mis pensamientos aparecen a coalición.

Alice intentó defenderme a su manera, claro que agrego un comentario despectivo pensando que no lo tomaría en cuenta, pero tal vez solo son alucinaciones mías al final. Aún no sé la verdad y no estoy con ánimos para averiguarlo, no puedo meter mis manos al fuego y decir que en realidad todo el mundo sabía que Eduard estaba engañándome con mi hermana.

Y tampoco puedo asegurar que Alice y Cloe supieran sobre Sam siendo la amante de mi padre, mi asqueroso padre.

Mierda, yo admiraba a esa hombre, tanto por como cuidaba de su familia y como pensaba que amaba a mi madre; pero todo esto es acaso una fachada para tapar que en realidad es un maldito enfermo.

A pesar de tener tanto en la cabeza aún mi inconsciente me hace viajar hasta mi beso con Hyder y prefiero tener la cabeza distraída en algo más trivial como un beso que comiéndome los pensamientos en todo lo que está mal ahora mismo.

Bueno, tal vez no sea solo un beso, porque un simple beso no puede irrumpir en mis lamentos, eso beso fue un verdadero beso.

Un maldito verdadero beso que me deja sin aliento cada vez que llego a recordarlo, aún puedo sentir sus manos en mis caderas y esa forma de apretar mi cuerpo contra el suyo.

El calor vuelve a mi cuerpo de solo pensar nuevamente en esta mañana, aunque también vuelve la vergüenza; como todos nos mirabas y todo lo que ahora dicen de mi me genera una gran incomodidad.

Mi teléfono suena y por inercia bajo la mirada para ver el nuevo mensaje recibido.

Será mejor que no le cuentes nada a tu mami, gatita.

XoXo

¿Qué demonios?

Claro, ahora también hackea mi teléfono para escuchar mis conversaciones.

Never (#1)Where stories live. Discover now