Cacería

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"Un poco de ayuda puede amargar tu dulce vida"

Elevo las comisuras de mis labios para fingir una notoria sonrisa con la boca cerrada, Hyder siente mi tensión y me aprieta más contra su cuerpo.

—Pensé que estarías de acuerdo con retomar tu relación con ese idiota. —comenta por lo bajo Hyder mientras bajamos por las escaleras a lentos pasos.

—Y yo pensé que no te iban las rubias. —murmuro y elevo la vista para observar su rostro que me mira extrañado— "Mucho gusto, señora Fernsby, soy el novio de su hija". ¿Qué carajos fue eso, Hyder?

Mi poca paciencia va en picada hacia la extinción, aunque con los acontecimientos del día, mi tolerancia debería de ser nula.

—Tú no dijiste nada para negarlo, vainillita, tu subconsciente entiende muy bien la situación y está aceptando mi pequeña ayuda. —menciona tranquilamente y yo vuelvo la vista al frente.

Suelto un suspiro cargado de pesadez y no digo nada hasta que bajamos el ultimo escalón de la extensa gradería.

— ¿Al igual que aquella mañana en el estacionamiento? —hago una pregunta retórica y parando mis pasos giro a verlo completamente— Te vuelvo a aclarar que no necesito tu ayuda en lo absoluto.

Hyder voltea quedando frente a mí y dándole la espalda a todos los invitados, deposita ambas manos en mis caderas y de un solo tirón me jala hacia su cuerpo.

—Esto es una clara cacería, Vaitiare, y todos aquí están esperando obtener tu cabeza.

Pero claro, si todas estas personas aquí están dispuestas a llevar mis equivocaciones con galardón de la tarde.

Clavo mis ojos sobre su mirada esmeralda y puedo notar toda la oscuridad en ellos más de cerca, al igual que su ronca voz me advierte la seriedad de sus palabras acompañado del fijo agarre de sus manos sobre mi cuerpo.

Elevo mis manos pasándolas por sus manos hasta recorrer sus fuertes brazos y dejarlas en esa posición, paso mi lengua sobre mis ya resecos labios y tengo que tomar un aliento antes de responder.

—Puedo mantener la cabeza sobre mi cuerpo sin necesidad de tu repentina caridad, Hyder. —mi voz sale con nerviosismo al recordar que hay personas observando la escena.

—No, no puedes. —responde de inmediato y en un rápido movimiento, acerca su rostro al mío hasta depositar un casto beso en mi sien— Ahí viene tu exnovio, vainillita.

Comprendo de inmediato su extraña actitud mientras permanece pegado a mi cuerpo y con los labios casi rozando mi cabeza.

Intento mantener la cordura, pero me es casi imposible, porque al oír las palabras de Hyder recuerdo donde estoy, con quien y como estoy vestida.

—Vaitiare. —oigo la voz de Eduard exclamar a lo lejos y toda mi valentía cae al suelo.

Mi cuerpo se tensa por inercia y dudo por unos segundos si voltear o no, Hyder separa su rostro de la cercanía con el mío y su oscura mirada se fija en la persona que ya siento llegar a nosotros.

Finalmente tomo el poco valor que me queda y esperando recuperar mi dignidad perdida en las bragas de pedrería que todo el mundo tiene a la vista, volteo hacia Eduard para cubrir con el cuerpo de Hyder la notable poca vestimenta que traigo bajo el vestido.

— ¿Qué haces aquí? —es lo primero que sale de mi temblorosa boca al voltear, sin esperar a ver por completo el malhumorado rostro de Eduard.

—Tu madre nos invitó. —menciona casualmente al quedar a escasos centímetros de mí.

Mi cuerpo comienza a temblar de tan solo ver la furia en sus azules ojos e intenta parecer tranquilo sé perfectamente que está furioso por la tonalidad rojiza que comienza a tomar su rostro.

Never (#1)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora