Never (#1)

Nunca

"Ne joue jamais avec le feu"

Hyder me toma con firmeza por las caderas y me pega a su cuerpo, puedo sentir el calor desprenderse de su torso desnudo y llegar a mi como una suave caricia, siento sus dedos hacer presión en mi cadera lo que me obliga a soltar un leve jadeo lleno de sorpresa. Me jala consigo hacia adentro del departamento y suelta un lado de mi cadera para cerrar la puerta de un estrepitoso golpe.

Mis brazos se abrazan por la parte trasera de su cabeza atrayéndolo más a mí, nuestras reparaciones se agitan mientras él me arrastra consigo aún más adentro en su pequeño departamento, sus agiles manos suben y bajan por mi cintura y caderas intentando rozar un poco más abajo de mis caderas.

Succiono su labio inferior con cuidado y él suelta un gruñido desde el fondo de su garganta, tengo que jalar un poco de él porque aún con tacones es más alto que yo. Siento como Hyder eleva sus labios en una corta sonrisa sin despegar sus labios de los míos para después dar un sutil toque a mis labios con su lengua, abro mi boca dándole la bienvenida a su lengua y suelto un pequeño suspiro.

Mi corazón agita contra mi pecho y puedo escuchar como Hyder también batalla contra la falta de aire por nuestro inquieto beso.

Su lengua explora mi boca y por unos segundos no sé cómo reaccionar ante él invadiendo mi boca hasta que con un efusivo gruñido de su parte baja las manos hasta tomarme por el culo y darle un suave apretón que me deja sin aliento por completo, nuestras lenguas indican una extraña danza nueva para mí, llena de jadeos, apretones y mordiscos.

Él sigue guiándome por su departamento a cortos pasos, me toma con fuerza por las caderas y me hace girar ahora yo quedando en su posición, me empuja para que siga caminando hasta que mi espalda choca contra una pared con rudeza.

Suelto un corto quejido de dolor al separar nuestras bocas por un segundo, veo a Hyder retomando su respiración mientras yo intento que mi corazón no salga de mi pecho, él tiene los ojos cerrados todavía y yo tuve que abrir los parpados al sentir mi espalda chocar contra la pared atrás de mí. Mis manos bajan con delicadeza por su torso hasta dejarlas a los costados de mis caderas, Hyder abre los parpados ante el toque de mis yemas en su suave piel y retira las manos de mis caderas.

Trago saliva con dificultad al ver sus labios enrojecidos a casusa del vehemente arrebato que cometí en la puerta y desato un desenfrenado beso, su pecho sube y baja con violencia por la falta de aire, eleva la mirada y apunta directamente a mis ojos.

Mi respiración se corta.

Y la blandura de mis ojos ceden ante la solidez de las esferas esmeraldas ante mí.

Mi cuerpo tiembla y no soy capaz de pensar con claridad, sus ojos examinan mi mirada con tranquilidad mientras yo me quedo estática.

Estática e inconsistente ante su mirada.

—Te he dicho que no me van las rubias. —suelta sin que me lo espere— ¿Qué pretendes besándome?

Su voz suena agitada, pero no molesta aunque sus ojos opinen lo contrario.

¿Qué pretendo? Pues ya no lo sé, todavía puedo sentir el dolor en mi pecho que me puede impulsar a estampar mis labios contra los suyos nuevamente, pero no tengo el denuedo suficiente para lanzarme a por ello.

Tomo el poco valor que me queda desde que sus labios se han separado de los míos y hago mi mayor esfuerzo por ordenar las palabras en mi cabeza.

—Yo... —mi voz sale con dificultad.