Dopamina

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"Acallar las verdades solo atraerá devastación"

No puedo más.

Mientras Hyder ha intentado explicarme todo lo que tengo que saber para la prueba de mañana y a pesar de ser un gran maestro personal, yo solo me he dedicado a viajar en mi mundo de fantasías y a no entender casi nada de lo que hablaba.

Me remuevo sobre mi posición, exhausta por la pequeña práctica que me ha obligado a tomar durante quince segundos.

Ambos nos encontramos sobre su cómoda cama por lo que sin mirara detrás echo mi cuerpo por completo, siento mi cabeza chocar contra sus piernas sin darme cuenta, su cuerpo se tensa, de inmediato abro los parpados y me impulso para nuevamente volver a mi posición, pero sus manos detienen mi movimiento empujando por los hombros hasta que mi cabeza se recuesta totalmente en su regazo.

—Está bien —dice al instante, elevo la vista hasta su rostro y él de igual forma me observa mirando hacia abajo—. Ya estás lista para el examen de mañana.

Suelto un suspiro de alivio en cuanto termina de revisar la hoja con mis anotaciones y contestaciones a las diversas preguntas.

Cierro mis parpados con tranquilidad y agradezco que por sobre mis distracciones, mi subconsciente lograra entender lo que tenía que aprender para la prueba final.

—Menos mal, sino tendría que pasar todo el verano yendo a cursos de reforzamiento, —suelto un entrecortado suspiro, sin observarlo a pesar de sentir su mirada sobre mi rostro—, sin contar que perdería mi plaza en la universidad.

Una plaza que no está del todo cubierta hasta que haga mi presentación frente a los jueces de danza.

Escucho como pone el papel sobre la cama y se remueve ligeramente, me inquieto y vuelvo a levantarme, pero él nuevamente posiciona mi cabeza sobre sus piernas mientras hace un sonido para que me mantenga quieta, obedezco por completo a su ligera orden con mi ligera condición de girar sobre mi cuerpo para quedar de espaldas a su cuerpo y usando su regazo como almohada.

Una suave caricia me toma por sorpresa, dejo escapar un suspiro mientras sus dedos toman las hebras de mi rubio cabello, una sonrisa acompaña mis estremecimientos a la par que él tensa y suelta cada uno de los rizos para después pasar las yemas de sus dedos por el inicio de mi rostro, retira su mano con una intranquila lentitud, como si ese gesto no hubiese sido planeado y tuviera que quitar su mano antes de que algo terrible suceda.

Lo que él no sabe es que ya ocurrió, caí hasta el fondo del precipicio y mi corazón estallo en ardientes llamas de felicidad por una simple caricia.

Sin embargo, después de haber retirado su mano de mi cabeza, sus dedos recorren la zona lateral de mi cuerpo con delicadeza, desde mi cuello puedo sentir su calidez pasar con tardanza hasta llegar al lado de mis caderas que no se encuentra junto a la cama, desde ahí sube nuevamente en un perfecto compas que genera espasmos en mí, pero que reprimo para que él no pare.

—¿Por qué decidiste quedarte aquí? —pregunta, obligándome a abrir los parpados.

Su toque se detiene a la altura de mi cintura, en donde de posita largos círculos que me hacen temblar lentamente.

Su pregunta es algo difícil de contestar a día de hoy, todo en mi vida cambió desde hace unos meses y mi decisión por quedarme aquí es cada vez más complicada.

—Desde muy pequeña tuve muy claro que mi labor como hermana mayor era proteger a Jasmine de los males exteriores y así lo hice, —recuerdo nuestros momentos infantiles en cuanto ella rompía algo sin querer y yo terminaba por recibir la culpa, suelto un profundo suspiro—, fuimos creciendo y supe que seguía sin estar lista para afrontar sus miedos por sí misma y no quería dejarla sola por un año entero, el plan era mudarnos juntas a Nueva York en cuanto acabara la preparatoria, logró engañarme por completo.

Never (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora