Temor

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"La cobardía puede sosegar a los idólatras"

Mi mente se pierde entre mi caos interno y permito que me arruine como solo yo puedo hacerlo.

No puedo pensar con claridad en mi tan desequilibrada vida, mientras voy por las calles todos tienen los ojos puestos en mí y en el gran escándalo que conllevó la huida de mi padre después de ser descubiertas sus atrocidades públicas.

Han pasado dos días desde que las tres Fernsby somos vigiladas con indignación por los ojos de quienes creen saber la verdad detrás de cada persona, al menos es lo que tengo que pasar yo cada vez que salgo de casa en dirección a la preparatoria porque por causa de nuestra entrada infestada de reporteros con sus cámaras listas que apuntan a la espera de una nueva fotografía, a mi madre le pareció bien que saliera por la parte trasera de casa, lo que significa no poder salir con mi auto y tener que tomar el autobús de ida a la escuela.

Y por otro lado están mamá y Jasmine, la primera solo ha decidido ocultarse tras los enormes muros de su mansión mientras mi hermana se refugia tras el escudo que contempla su suspensión por dos semanas que le permite faltar a clases.

—Necesito esos listones más altos para la nueva rutina. —demando con la voz firme al volver a la realidad.

Ambas flyers, a quienes mande a encargarse del manejo de los listones en el aire, se desconcentran y caen de repente completamente atemorizadas, miran en mi dirección y con una mirada baja, asienten temerosas.

Una confusión innata se instaura en mí y con el entrecejo arrugado camino entre las animadoras que practican sus partes de la nueva rutina que la entrenadora ya exigía realizar.

Paso por cada una de ellas, siento una extraña sensación depositarse en el ambiente entre susúrros y bruscos movimientos en el tenso lugar.

Llego hasta el otro lado del gimnasio en el que estamos ensayando mientras aún no tenemos la coreografía terminada, en donde Lily se encarga de dar algunas groseras órdenes a tres bases que sostienen a una voladora entre manos.

—Más alto. —la escucho exclamar haciendo que las pobres chicas tiemblen bajo su presencia.

—No seas dura con ellas, hacen su mejor esfuerzo —reprocho a Lily por su altanera posición con respecto a las porristas.

Rueda los ojos y sin quitar su mirada de las chicas, suelta un cansado bufido.

—Cómo no quieres que sea dura si están temblando como cachorros asustados.

Su severo tono de voz me da a entender que no está del mejor humor, pero no puedo permitir que siga enojando al equipo sin razón alguna.

Tomo una larga reparación mientras presiono el botón del megáfono que llevo entre manos y lo aproximo hasta mi boca.

—El entrenamiento terminó —anuncio para todo el gimnasio.

Las animadoras relajan los hombros y dejan de hacer sus actividades para dirigirse con rapidez a la zona de descanso.

—Estaba esperando a que dieras por terminado el ensayo. —escucho decir a Lily junto a mí.

La observo relajar el cuello con pequeños giros que hacen tronar sus huesos un par de veces y ante su acto niego con la cabeza llena de frustración.

—Solo estabas encolerizando con las bases más importantes para la rutina —le recuerdo con severidad, una sonrisa se forma en su rostro y dirige su mirada llena de maldad hacia mí—. Algo extraño está pasando aquí.

— ¿A qué te refieres? ¿Crees que quieran echarnos del equipo nuevamente?

Observo en dirección a las chicas del equipo mientras se relajan en las bancas conversando alejadas de ambas, lo que me hace negar con la cabeza de inmediato.

Never (#1)Where stories live. Discover now