Capítulo 6

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Agus me miró serio a los ojos porque podía asimilar que de verdad estaba re-puteada del casting. Pasaron segundos de un silencio que no entendía y se soltó a reír sin parar. Al principio eso me calentaba más porque había hecho caso omiso a mi estado de ánimo, no paraba de reír hasta le lancé el folder a la cara pero sin lastimarlo.

—Estoy hablando en serio, Agustín —lo dije seria hasta que me miró y no pude aguantarme de la risa. Sabía que había exagerado al reaccionar así pero lo que más me daba gracia era la cara que pondría Nico al contarle todo esto, sé que no lo había hecho a propósito pero era demasiado ingenuo cuando conoce a gente de este tipo.

—No me lo puedo creer. Es que no te imagino audicionando y actuando este tipo de escenas.

—Ni siquiera actué, boludo. Me hicieron preguntas re pendejas que ni siquiera entendía yo y con eso quedé —Agustín se acomodó en el asiento mientras encendía el coche y me miraba riendo.

—Pero contáme bien cómo fue, quienes estaban ahí o que —dijo mientras salíamos de ese horrible lugar—. Dejáme decirte antes, que desde que llegamos olía terrible ese lugar y tenía una pinta del carajo —reí al acordarme de todo—. Además todas las chicas que estaban ahí, también iban re para ese papel, ¿no se lo habrán dado alguna ya?

—No lo sé boludo, ojalá. Que paja, no sabes qué humillada me sentí al darme cuenta que después de su show de preguntas a ojo cerrado, era un papel terrible. Aparte me dijeron que era perfecta para el papel, por favor, que lacras que son.

—Y bueno, seguro que mientras te hacían esas preguntas andaban toqueteándose por ahí o imaginándote tal cual se los describías —dijo el idiota mientras volvía a carcajearse. Le di un golpe leve en el hombro.

—Voy a matar a Nicolás, no sabe lo que le espera, me las va a pagar algún día. De verdad te lo digo, me debe una muy grande —contesté mientras tomaba mi teléfono y veía los mensajes de WhatsApp que tenía, uno de ellos era de Andrés. Bloqueé mi teléfono.

Llegamos a casa y le dije a Agus que ya no era hora para que manejara tan tarde. Él vivía más al centro de la ciudad con un roomie que había encontrado en una página de renta de casas y departamentos. El chico venía de Francia para estudiar los cuatro años de la Universidad, el pobre era médico y se la pasaba de guardia, por eso Agus se la vivía con nosotras.

Agus era como un primo para mí, su mamá junto con la de Nico y Cande eran el grupo de amigas de mi madre, todos con la misma historia, se conocieron gracias a nosotros desde el jardín y bueno, lo demás ya se los saben. Agus era el típico chico que le encantaba estar en las obras del colegio, que hacía desde un árbol estático hasta el príncipe azul que salvaba a la princesa del dragón. Le aficionaba el fútbol también, con Pato jugaban y entrenaban juntos. Agustín era un tipo bastante sencillo, sensible y a veces tímido, pero fue cambiando cuando decidió seguir con su carrera de actor. La diferencia entre él y yo, era que en realidad no le apasionaba tanto la actuación, le gustaba pero él era más de ser él mismo, narrando todo tipo de situación que vivía, su sueño era conducir algún programa o partido de futbol. Yo siempre me hice la idea que lo seguía haciendo por compromiso a él y a su familia, porque habían invertido mucho en él y en sus clases particulares con uno de los mejores maestros de artes dramáticas y aunque Cande y yo le decíamos que no era necesario sentirse mal si quería cambiar de profesión, terminábamos en el mismo lugar; él negándose y sacrificando su tiempo y energía en papeles que eran realmente malos. Nunca entendí la posición de Agus pero siempre que estrenaba algo íbamos a apoyarlo como buenas amigas.

En su momento de época universitaria, él y Cande tuvieron sus asuntos pero por lo mismo que nos veíamos diario y la total diferencia de actitudes y personalidades, decidieron sanamente terminar bien y quedar como amigos. Es de las pocas relaciones que realmente lo logran y eso me tranquiliza porque no soportaría la idea de verlos incómodos cada vez que salimos juntos. Agus era hombre de pocos amigos, a muchos no los veía muy seguido porque cada uno tenía sus vidas laborales bastante ocupadas, uno que otro estaban casados y con hijos y aunque Agus realmente nos llevaba poco menos de diez meses, siempre se llevó mejor con las generaciones de arriba.

A Mi ManeraWhere stories live. Discover now