Capítulo 32

913 58 0
                                    

El lunes por la mañana desperté temprano, no había podido dormir mucho por los nervios que tenía por el casting, así que me metí a bañar para después tomarme un café cargado y desayunar ligero. Peter me llamó para desearme suerte, ni él ni Cande podían acompañarme por sus respectivos trabajos pero de todas maneras me servía ir sola para tranquilizarme y concentrarme.

Llegué a los estudios cuarenta minutos antes porque quería ir con tiempo. Cuando entré al recibidor me hicieron anotar mi nombre en una lista y subí por el elevador al piso cuatro. Habían un montón de chicos de diferentes edades, ni siquiera había una persona conocida pero pasé al fondo a la mesa donde había una chica esperando la fila y cuando fue mi turno me pidió mi identificación oficial para verificar mi nombre, me dio un gafete con el número #15 y me hicieron esperar en las salas fuera del estudio.

Después de casi una hora, vi que llegaba cada vez más gente, habían muchos chicos estudiando sus líneas y actuando entre ellos, yo intenté no hacerles caso porque entre más veía como actuaban, más me ponía nerviosa y me desconcentraba, hasta que fue mi turno. Pasé a la habitación donde estaba una mesa con tres personas, sólo reconocí a Marcelo y tenía enfrente la cámara. Me pidieron mis perfiles y me indicaron qué escena interpretar junto con un chico que estaba leyéndome pretendiendo ser el otro personaje. Estuve casi veinte minutos, un montón para una audición, me pedían repetir varias veces ciertas escenas, incluso me pidieron una que no venía en el libreto para estudiar, una que no conocía y tuve que improvisar recordando la historia. Después de eso, Marcelo se presentó conmigo muy amigable y me dijeron que estarían comunicándose con el resto de los chicos en la semana.

Cuando salí del lugar me fui directo a mi coche, vi que tenía dos llamadas perdidas de Peter, habían pasado casi dos horas y media y probablemente quería saber cómo me había ido pero no tenía ganas ni de pensar, había salido muy ansiosa y en mi coche me puse a llorar en cuanto cerré la puerta, lo largué todo. Era un conjunto de nervios, ansiedad y felicidad, en eso me volvió a sonar el celular, era Peter y contesté.

—Hola.

—¿Estás llorando, mi amor? —en el momento que escuché su voz, me puse a llorar de nuevo— Hey, no, no me hagas esto. ¿Por qué llorás? Mi amor, ¿dónde estás?

—Estoy bien, recién salí.

—¿Y... cómo fue?

—Bien. No sé por qué lloro, perdón —reí tímida.

—Fue la emoción, estoy seguro.

—Ponéle...

—Ya me contás luego. Yo te llamaba para mejorar tu día.

—Decíme —tomé un kleenex de mi bolso y me soné.

—Gas y Rochi están en la ciudad, me llamaron para ver si nos juntábamos a cenar, ¿querés?

—Sí obvio, vamos.

—Buenísimo, paso por ti. Sigo en la oficina cerrando un par de cosas que tenemos esta semana, no sé si me de tiempo de comer con vos pero a la noche nos vemos seguro

—No te preocupes, Pit, entiendo. Ya voy a casa, me llamás cuando estés ahí.

—Dale, te quiero.

—Yo a vos.

Llegando a casa me dolía un poco la cabeza, no quería caer de nuevo en ansiedad pero presentía que se venía un poco de eso, así que me relajé debajo de la ducha y me hice de comer milanesa con puré de papá, uno de mis platillos favoritos que mamá me hacía de pequeña. Últimamente me sentía cansada emocionalmente, tenía la mente en otro lado, distraída y me preocupaba por todo.
Después de lavar, Cande me escribió que cenaría con Andrés, ya casi no nos veíamos o muy poco coincidíamos en casa, algo que me ponía triste pero entendía, hace mucho que no la veía feliz y no tenía ni las ganas de reprocharle y celarle a mi amiga.

A Mi ManeraWhere stories live. Discover now