LA CARTA

4.2K 504 65
                                    

.Capítulo 12.

Abro los ojos aún somnoliento al sentir como los rayos del sol golpean mi cara

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Abro los ojos aún somnoliento al sentir como los rayos del sol golpean mi cara. ¡ Malditos obreros, a quien se le ocurre poner ventanales de este tamaño! Literalmente, todo el cuarto se encuentra iluminado como si en cualquier momento fuera a bajar dios a saludarme.

Me levanto refunfuñando de la cama y obviamente de mal humor. Prefiero los días lluviosos o nublados. Los días calurosos me llenan de asco, y ahora más que debo vestirme con vestidos del tamaño de una casa que dan un puto calor del asco.

Me levanto y entro al baño para hacer todas y cada una de mis necesidades.

Me pongo el pantalón de lana junto a la camiseta con la que vine aquel día g me miro al espejo de pie que encuentra en una esquina del cuarto sonriendo. Echaba de menos vestir como un pobre jajaja.

Es una pena que no tenga chanclas lo que obviamente me obliga a ir descalzo. Que pena más grande ¿No?

Salgo del cuarto ya de por sí oyendo muchas voces hablar entre ellas y yo me guío por esas voces, bajando las escaleras y llegando a un enorme comedor donde veo que se encuentran las doce chicas comiendo de lo lindo.

Entro y sin querer mi codo choca con un jarrón de decoración que se encontraba ahí en medio, haciéndolo caer y ante el impacto estalla en miles de pedazos causando que todas ellas incluidas las empleadas que ni me habían visto llegar se volteen a verme asustadas.

— Emm, lo si-siento, no lo vi.— Me disculpo con una pequeña sonrisa y rascandome la nuca nervioso.

Ninguna de ellas me contesta, solamente vienen dos empleadas corriendo a limpiar el desastre que he ocasionado.

Muy bien Ariel, el primer día viviendo aquí y ya demuestras tu torpeza.

— Ariel, aquí. — Oigo delante mía y veo como Gina se encuentra saludandome contra mano.

Me encamino a ella y me siento junto a ella, esta me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa. Frente a nosotras se encuentra la pelirroja que me mira como si yo fuera un tipo de mierda andante lo que causa que yo le alce la ceja preguntándole indirectamente que putas mira.

— No sabía que existieran nobles tan... torpes.— Comenta la pelirroja bajando su mirada a su plato.

No amiga, no vayas por ahí eh...

— Si, debe ser que soy un caso especial...— Comento de vuelta mientras que imito su acción de bajar la mirada al plato que me acaba de poner una de las empleadas.

EN LA PALMA DE SU MANO {COMPLETA}Where stories live. Discover now