Desde mi niñez recuerdo cómo siempre había gente, ya sean niños o adultos que se metían conmigo por mi nombre: Ariel. Me echaban en cara que era un nombre de mujer, un nombre femenino... cosa que me llevó a odiar este pueblo anticuado lleno de "mac...
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Si alguien viera mi cara aparte de Nancy y esta desconocida se cachondearia, por que literalmente mi cara demuestra el pánico y la sorpresa de una manera horrible.
Sonrío sarcástico— Ah vale, muy bien, y ¿Que haces aquí?
Siento como mi abuela me da un golpe en la nuca haciendo que me gire mirándola expectante.
—¡Sé más educado!¿No ves que la chiquilla está muy asustada? — Me dice mirándome mal.
Suspiro y vuelvo mi mirada a la chica.
Más asustado estoy yo, osea, aquí, frente a mi, si no me equivoco está la mujer que según me dijo Gabi escapó del castillo robandole al rey, repito, ¡Al rey! No ha cualquiera, ¡Al rey!, cientas monedas de oro. Podrían decapitarnos a mi abuela y a mi por complicidad o algo así.
— Necesito un sitio en el que ocultarme- Dice esta con voz casi inaudible. —Tú habrás oído esa sandez.
—¿Sandez?
—Sí, que he huido del rey llevándome una gran cantidad de monedas de oro, eso es mentira.- Dice y empieza a sollozar negando una y otra vez con la cabeza. —Yo nunca haría eso. Ese rey mezquino, es un desgraciado.
Frunzo el ceño— ¿Entonces por qué te andan buscando si es que no has robado nada?
Esta se limpia los mocos y las lágrimas recorridas en sus mejillas con el dorso de la mano.
—Como también te debes haber enterado yo soy una de sus muchas mujeres del harem. Todas nosotras estábamos ciegas por él, claro, nos dejamos llevar por su labia, su dinero, su posición social y por su apariencia. Una vez estamos con él una noches o incluso dos ya somos suyas de por sí y nosotras como tontas caiamos, pero a él no le importamos en lo absoluto. El caso es que me cansé de ser una "cosa" para él, yo realmente estaba enamorada y el solo jugó conmigo, entonces escapé, pero claro, su orgullo de hombre se preguntaba "Una mujer ¿dejándome a mi?" Entonces me hizo parecer una ladrona incluso frente a mis padres, unos nobles, él ha manchado totalmente mi nombre. —Explica con tono afligido y amenazando con llorar.
Mi abuela y yo escuchábamos con atención y yo solo asentía con la cabeza entendiendolo todo.
—En conclusión : El rey es un capullo— Digo serio.
Como era de esperar a mi abuela a quien no le gusta que hable así tan solo vuelve a golpear mi nuca mirándome con desaprobación.
