Desde mi niñez recuerdo cómo siempre había gente, ya sean niños o adultos que se metían conmigo por mi nombre: Ariel. Me echaban en cara que era un nombre de mujer, un nombre femenino... cosa que me llevó a odiar este pueblo anticuado lleno de "mac...
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1 Mes Después
Me quiere
No me quiere
Me quiere
No me quiere
Me quiere
No me quiere
Repito una y otra vez sentado sobre la sucia tierra manchando el vestido que llevo puesto mientras voy arrancando los pétalos de la margarita que tengo en mano.
Cada día que pasa me vuelvo más idiota. Ni un pretendiente tengo y voy haciendo esa idiotez con la pobre flor.
Me encuentro en el jardín ahora que acabamos de comer.
Añoro tanto a Nancy... A Gabi. ¿Que deben estar haciendo?¿Donde deben estar?¿ Ya habrán comido?
— ¡Lady Ariel, ¿Otra vez jugando con la tierra?! — Oigo a mis espaldas la voz de pito de Cintia, la ama de llaves.
Hace poco Cayden la trajo para remplazar a Josefa, ahora Cintia era la nueva ama de llaves. Pero más que una empleada cualquiera parece una espía ya que me sigue a todas partes, cuida de mi como si de una nena me tratara... en pocas palabras: parece mi madre. Tan siquiera se comporta así con las demás, solo conmigo, es algo que me estresa pero creo que en el fondo me gusta por que me recuerda a Nancy.
— No estoy jugando.— Niego serio. — ¿No tienes mejores cosas que hacer?
Esta suspira y se sienta al lado mía mirándome con una sonrisa a medias.
Ella es alta, muchísimo más mayor que yo, pero más joven de lo que era Josefa. Esta es castaña, tiene los ojos azules y la piel blanca como la nieve y muy limpia.
Pero... no volveré a confiar en nadie aquí.
— Lady Ariel, no debéis ser tan fría conmigo, no os he hecho nada. — "Aún" pienso. — Será que llevamos poco tiempo juntas, pero podéis confiar en mi, ya que siempre estaré con vos. — Dice y me sonríe dulcemente.
No gracias, no quiero a otra "Gina".
Aparto mi mirada de ella ignorandola mientras arranco otra margarita y vuelvo a repetir el acto de quitarle los pétalos. "Me quiere, no me quiere..."