ESE EXTRAÑO SENTIMIENTO

2.9K 336 70
                                    

.Capítulo 38.

Rodeo el escritorio mirando sus brazos abiertos expectantemente

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Rodeo el escritorio mirando sus brazos abiertos expectantemente. Internamente me encuentro gritando.

Me paro frente a él y este eleva su cuello mirándome fijamente, y sinceramente su mirada no sé que intenta decirme. Su rodilla llegaba a tocarme la pierna, para que sepáis que aquí no había distanciamiento personal que valiera.

- Siéntate.- Ordena.

Sigo mirando expectante como ahora sus manos palmean sus muslos indicándome sin ningún tipo de vergüenza donde quiere que pose mis glúteos.

- Quita esa cara, tampoco te estoy pidiendo una mamada... aunque no estaría mal.- Comenta burlón.

No si además se creerá gracioso.

No lo pienso dos veces, por que si me lo pensara de más tan solo me haría una maratón hasta el enorme ventanal que está tras su silla, traspasaría el cristal y simplemente caería al vacío, dándome muerte, así que simplemente me siento de espaldas a él sobre sus piernas sintiendo como mas que miedo la vergüenza me invade de pies a cabeza. Claramente, mi rostro no puede evitar tomar un rojo super intenso.

El escalofrío que me recorre el cuerpo se da cuando sin yo verlo venir este me abraza desde atrás pegando su abdomen y pecho a mi espalda y posando su mentón sobre mi hombro.

- Eché de menos el hecho de tenerte entre mis brazos, Ariel.- Dice al cabo de unos segundos junto a un suspiro de su parte.

No sabía que decir. Estoy completamente en blanco. Solo me quedo callado, estático como quien está ausente.

- Que ahora me confieses que otro hombre te tocó crea en mi un sentimiento que yo nunca había sentido ¿Sabes?- Me comenta neutro.- Estoy jodidamente celoso, Ariel.

Me chupa un huevo, sinceramente.

Lo que me jode es que el cree que incluso nos dio tiempo a Gabi y a mi a follar, o sea, jajaja, ¿Estamos locos? ¡Estábamos huyendo de él! ¿Cómo mierdas nos va a dar tiempo a estar de románticos si prácticamente, como mucho, solo estuvimos dos o tres días fuera? Como mucho fueron dos besos y este a mi ya me habla de celos, como si él y yo en algún momento hubiéramos estado en una relación.

- ¿Y que harás?- Le pregunto sin expresión alguna.

Por cierto, estoy tratado de ignorar el hecho de que me no deje de dar besos a mi cuello y andarlo olisqueando como de un jodido perro se tratara este hombre, al igual que ignoro que su agarre en mi cinturas se haya hecho mas fuerte.

-Proponerte un trato.— Determina.

Uy, sus tratos siempre son de cuidado.  Además, en sus tratos él siempre es quien más gana, más bien, el único.

— ¿De qué trata?— Le pregunto. 

— Es sencillo, tú casi no tienes que hacer nada, mejor dicho, no tienes que hacer nada que esté fuera de tus alcances. No te pediré mucho.— Empieza a explicar.

EN LA PALMA DE SU MANO {COMPLETA}Where stories live. Discover now