Desde mi niñez recuerdo cómo siempre había gente, ya sean niños o adultos que se metían conmigo por mi nombre: Ariel. Me echaban en cara que era un nombre de mujer, un nombre femenino... cosa que me llevó a odiar este pueblo anticuado lleno de "mac...
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Estuve dándole vueltas al asunto toda la noche, tanto así que ni dormí. Aún no me creía el hecho de que Charlotte fuera a ayudarme a escapar de este infierno junto a Gabi. Aunque pensándolo bien no tengo escapatoria ya que si me quedo después de que ella se enterara de todo lo relacionado a mi vida y lo de Gabi ella se lo contaría todo a Cayden y si soy sincero a mi me chupa un huevo si muero ahora mismo al fin y al cabo mi abuela seguiría con el pensamiento de que vivo en el castillo y que estoy bien tal y como dije en aquella carta, pero claro, no quiero ver morir a Gabi, no me lo perdonaría nunca.
Según lo acordado, Charlotte nos ha dejado tras el castillo una carroza junto a provisiones y oro acompañados de dos caballos pura sangre, los mas veloces, los cuales un soldado al cual a sobornado luego los traerá de nuevo al reino una vez Gabi, Nancy y yo hayamos llegado sanos y salvos al siguiente reino, que si no me equivoco, es el reino Raytriguer, un reino gobernado por su rey y reina, un reino en el que Cayden no tiene poder alguno.
No puedo negar que estoy de los nervios, ni hambre tengo, tengo el estómago cerrado, ¿Y como no? Iba ha hacer lo mismo que hizo Ruth, pero aun peor, metiendo en el plan a mi único familiar y a Gabi. No dejo de pensar en que estoy confiando demasiado en Charlotte, dejando mi vida y la de mis seres queridos en su para nada sencillo plan.
De golpe me viene a la cabeza el día en que los soldados irrumpieron en mi casa, sacándonos a Ruth y a mi de casa, mi abuela llorando, Cuervo ladrando, los soldados preparados, nosotros arrodillados, la mirada fija del ser desconocido en la carroza, adiós a la cabeza de Ruth, cuerpo inerte y mucha sangre corriendo y salpicándome... Desbarato mi cabello borrando de mi cabeza esos espantosos recuerdos.
Lo único que me toca hacer es tratar de pensar que todo irá bien, rezar dos paginas de la biblia, no, mejor cinco..
Esta mañana cuando se lo conté a Gabi a primeras no me creyó, mas bien pensó que le estaba vacilando o gastando una broma, pero se lo aseguré tratando de poner mi mejor cara de seriedad y fue al fin cuando me creyó.
Se veía tan contento...
Tan feliz...
Hasta a mi me contentó verle tan feliz, sobre todo cuando saltó a mis brazos riendo como un loco. Ahora como las cosas salgan mal, no quiero ni imaginármelo...
En la sala todo marcha normal, como siempre, todas ellas haciendo lo que quieren mientras que de fondo suena música clásica lo que causa que bostece y susurre un "Que puñetero aburrimiento".
He notado varias veces en Gabi, quien se encuentra de pie al lado mía como mi "soldado" que es me mira, y en mi la mirada fija de Charlotte también se encontraba lo que ha hecho que yo la mire y remarque con mis labios para que nadie lo note y nadie me escuche un "Disimula un poco, idiota pelirroja".
—Mi lady, ¿ No queréis comer un poco?— Me pregunta por octava vez Cintia mirándome con preocupación —No ha comido desde que despertó y eso es muy raro en vos, ya que coméis mucho.
