ELLA Y SUS SERES QUERIDOS

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.Capítulo 19.

1 Semana Después

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1 Semana Después


Abrazado a una almohada, acostado boca abajo en la cama y con los ojos cerrados, trato de conciliar el sueño, pero me es imposible.

Ya ha pasado una semana desde aquel acontecimiento y desde aquel día no he vuelto a salir del cuarto. Cada día, una empleada diferente viene a traerme el desayuno, el almuerzo y la cena, ellas creen que he enfermado y por eso no salgo, y yo únicamente les he dado la razón, tomandolo como una tontería para que eso no llegue al rey.

Aún me parece raro que Cayden no me haya mandado buscar ¿Será que no vio la carta? Aún así, no puedo salir y mirar a la cara a Josefa, se me caería la cara de vergüenza.

Puede ser Cayden haya visto la carta y no la haya tomado importancia, no, no podría ser, por que si ve esa carta entonces estaría claro que yo mande otra y que obviamente alguien me ayudó por que está claro que yo no salí de aquí. 

Bueno, ahora mismo da igual...

Solo sé que no quiero salir de esta habitación, no quiero ver a nadie y no quiero que nadie me vea a mi...

Gina...

Ella, desde el primer día en que llegué aquí se me mostró una persona amable y dulce, pero no es más que una persona falsa y traicionera. Fui tan tonto. Y pensar que hasta yo caí en mi engaño al llegar a pensar que pudimos ser "amigas".

Jajaja, no hago más que pisar baches y tropezar...

Pero veo venir que habrá un bache en el que tropezare y no me volveré a levantar...

Seguramente las doce chicas de oro de este palacio se sienten más tranquilas desde que no me ven, ¿Para qué mentir? Hasta yo me siento tranquilo al no verlas.

Por cierto ¿Cuando me traen el almuerzo? Tengo hambre, debe ser por eso que no me puedo dormir.

Aburrido empiezo a cantar una nana que me cantaba la abuela cuando yo era pequeño y me gustaba dar el coñazo a las tres de la madrugada por que me negaba a dormir, jajaja, que tiempos.

En el universo hay estrellas y cometas, que cuando los niños duermen pasean en bicicleta. Les gusta jugar al golf en los campos de la luna y cenar todos los días empanadas y aceitunas. Y antes de irse a dormir cuentan cuentos siderales y nos mandan con la aurora dulces sueños boreales.

Tan rápido como termino de cantar la nana oigo la puerta ser tocada bruscamente lo que hace que tan solo suelte la almohada, alce la mirada dirigiendola a la puerta y ordene un suave y cansado "Entre". En el momento entra Josefa con una bandeja de comida en mano para simplemente hacerme una reverencia y dejarla sobre mi mesita de noche, murmurar un "Con permiso" y volverse a dirigir a la salida.

EN LA PALMA DE SU MANO {COMPLETA}Where stories live. Discover now