¡Tomalo o Dejalo! [Jenlisa g!p]

Capitulo 7

Lisa esperó a que se sentara antes de empezar a hablar.  "He decidido hacerlo, pero antes de que te emociones, primero tengo algunas condiciones".

Jennie tomó un mechón de cabello y lo hizo girar alrededor de su dedo.  "Condiciones, ¿qué condiciones?"  preguntó, sintiéndose repentinamente nerviosa.

"Está bien, aquí va. Una vez casados ​​viviremos en mi casa, no aquí. Tendrás tu propia habitación y no tendremos más relaciones sexuales. No quisiéramos complicar las cosas con involucrarnos sexualmente".  . Mientras todavía estemos legalmente casadas, ninguna de nosotros se involucrará con el sexo opuesto. Firmaremos un acuerdo prenupcial y cuando sea el momento adecuado nos divorciaremos. Hasta entonces, te comportarás como una esposa amorosa con otras personas.  Tendrás que ir conmigo a fiestas y otras funciones ".

"Puedo vivir con esas condiciones, pero ¿por qué no podemos vivir aquí?"

"Porque realmente no me gusta, es todo de vidrio y no tiene esa sensación acogedora. Soy dueña de una hermosa casa con muchas habitaciones. Tengo una oficina en casa, un gimnasio, una piscina en la parte de atrás".

"¿Qué se supone que debo hacer con este lugar?"

"No me importa lo que hagas con él. Véndelo o arriéndalo o puedes dejarlo vacío hasta que estés lista para mudarte de nuevo".

"Tendría sentido quedárnoslo, una vez que estemos divorciadas necesitaré un lugar para vivir. Está bien, tú ganas, estoy de acuerdo con tus términos".

"Hay una cosa más", dijo Lisa, recostándose con una sonrisa en su rostro.

Un escalofrío recorrió la espalda de Jennie cuando vio la expresión de su rostro.  "¿Qué?"  preguntó, con la voz quebrada, algo le dijo que no le iba a gustar lo que tenía que decir.

"Quiero treinta acciones de Hera's Cosmetics".

Se sentó allí con la boca abierta, le tomó unos minutos entender lo que Lisa había dicho.  "Treinta acciones, ¿estás loca? No hay forma de que te dé tantas acciones. ¿Tienes idea de cuánto vale una sola acción?"

"No soy una tonta Jennie, he hecho mi tarea".

"No hay manera", dijo, sus ojos brillando con ira mientras se cruzaba de brazos.

Lisa se puso de pie, mirándola, sus labios formaron una línea firme.  "Si no estás dispuesta a darme esas acciones, entonces puedes encontrar otro tonto que esté de acuerdo con tu plan".

Ella miró a Lisa.  "Te doy cinco acciones".

"Olvídalo", dijo Lisa y comenzó a caminar hacia la puerta.

"Espera", gritó.  "Lo haré diez acciones."

"Veinte, tómalo o déjalo", dijo Lisa, esperando su respuesta.

Se pasó el dedo por el pelo mientras lo pensaba.  Todos los demás accionistas solo tenían de una a cinco acciones.  Ella tenía la mayor cantidad de acciones y, dándole a Lisa veinte de sus acciones, todavía le quedarían cuarenta acciones.  Darle tantos sería una gran apuesta, pero al final valdría la pena.  La empresa sería toda suya y ella seguiría siendo propietaria de la mayor parte de las acciones.

"Está bien, te daré veinte, pero solo después de que estemos legalmente casadas ​​y cuando sea dueña de la empresa".

"Entonces tenemos un trato. Seguiré adelante y arreglaré que alguien nos case a nosotras y tú puedes comenzar a empacar. Nos reuniremos más tarde en la semana e iremos a comprar anillos de boda. ¿Qué hay de tus padres, cómo están?  que vas a sentir por casarte tan rápido? "