¡Tomalo o Dejalo! [Jenlisa g!p]

Capitulo 32

Al cepillar el cabello de Jennie sobre Lisa, colocó sus labios en el cuello de Jennie. "Eso es lo que se les ocurrió, pero si me preguntas, te diré que el camino a mi corazón es con sexo increíble y caliente".

Jennie se rió y se encogió de hombros. "Típico de ti. Ahora quítate el traje y ponte algo casual, la cena está casi lista". Jennie miró por encima del hombro para ver a Lisa alejarse. Nunca había sido tan feliz en toda su vida, tenía a alguien que la amaba incondicionalmente y alguien a quien amaba con todo su corazón.

Después de la cena, se acurrucaron en el sofá debajo de una manta viendo la televisión. La noticia llegó y el rostro de Jung Joonyung apareció en toda la pantalla. Fue condenado a cadena perpetua por la golpiza y la violación de más de diez mujeres. Después de su arresto, varias mujeres más se presentaron. Algunos sabían que él era su agresor, pero él los había amenazado a ellos ya sus familias si lo denunciaban, por lo que nunca le dijeron a la policía que fue él quien los golpeó y violó. Pero ahora que estaba al aire libre, sentían que estaría a salvo. Con todas las pruebas en su contra, el factor tiempo y la otra información que se presentó, finalmente fue detenido y guardado.

Se acurrucó cerca de Lisa mientras escuchaban las noticias. "Todavía me siento mal cuando pienso en lo que intentó hacerme".

"Lo sé, yo también", dijo Lisa, abrazando a Jennie con más fuerza y ​​besando la parte superior de su cabeza. Ella negó con la cabeza cuando recordó cuando Joonyung fue arrestado y fue a verlo y el hombre tuvo el descaro de pedirle que lo defendiera en la corte o que le recomendara un buen abogado. Lisa tuvo que ser retenida por dos guardias cuando saltó y fue a por la garganta de Jung. Con mucho gusto habría ido a la cárcel por matarlo después de lo que le había hecho a Jennie y las otras mujeres. La conciencia de Lisa la perseguiría para siempre sabiendo que había sacado al hombre de los cargos de violación. Pero Joonyung fue tan convincente y la hizo creer que él era inocente. Ahora tenía que preguntarse a cuántos otros hombres culpables había ayudado a escapar de la justicia. La hizo cuestionar su capacidad para distinguir a los inocentes de los culpables.

"Vamos a la cama, te necesito", dijo Jennie, mirando a Lisa. De repente, necesitaba sentir el toque de Lisa, sentir su cuerpo desnudo contra el de ella.

Esa noche fue como si Lisa supiera cómo se sentía Jennie, así que en lugar del sexo rudo y desordenado, se tomó su tiempo con ella. Sus besos suaves y tiernos, tocó y besó a Jennie por todas partes, haciéndole saber cuánto la amaba y apreciaba. Los ojos de Jennie brillaron cuando miró a Lisa, sabiendo entonces que ella siempre estuvo destinada a ser suya y suya.

"Te amo tanto Lisa", dijo Jennie, sus dedos acariciando suavemente la mejilla de Lisa.

Al escuchar a Jennie decir esas palabras, Lisa sintió como si hubiera muerto y se hubiera ido al cielo. Durante años había soñado con escuchar a Jennie decirle eso. Su matrimonio con Somi fue una mentira, una que la lastimó tanto que la llevó a hacer trampa. Sin embargo, no la culpó, Somi había sabido desde el principio sobre Jennie y cómo se sentía, pero todavía la presionó para que se casara. Por la noche, cuando Somi se acostaba en sus brazos después del sexo, estaba pensando en Jennie. En su mente, era ella con quien estaba haciendo el amor y estaba segura de que Somi lo sabía, pero nunca lo dejó ver.

Al día siguiente decidió sorprender a Jennie presentándose en su oficina, trayendo el almuerzo con ella. Sólo cuando llegó allí, Rose le dijo que Jennie se había tomado la tarde libre. Lisa pensó que era extraño que Jennie nunca mencionara que iría a ninguna parte. Así que condujo hasta su casa, esperando encontrar a Jennie allí, pero el ama de llaves dijo que su esposa aún no había regresado. Ahora estaba confundida en cuanto a dónde podría estar Jennie, así que Lisa intentó llamarla pero no obtuvo respuesta. Sintiéndose frustrada, regresa a su oficina y le deja un mensaje a Jennie en su buzón de voz para que la llame. Ella nunca lo hizo.