Capítulo 19 parte 2 √

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.*Anna*.

*'Vamos a dar una vuelta'* —propone Pepe e increíblemente la idea de salir me resultó atractiva.

Salí de la cama, me coloqué ropa abrigadora y abrí la puerta de la recámara, cerciorándome antes de poner un pie fuera que no hubiesen moros en la costa.

Gracias a Josefina, que era muy explícita a la hora de contar una historia, sabía cuales pasillos y que escaleras tomar para llegar a la salida menos concurrida de la mansión, la que se encontraba en el área "D" que era la zona donde lavaban y planchaban la ropa.

Estando en una mansión tan grande, llena de criaturas con sentidos súper desarrollado, pensé que escapar sería difícil, pero resultó ser más fácil de lo que creí; la mayoría de los guardias estaban en la cocina bebiendo chocolate caliente y los pocos que quedaron los esquive fácilmente; ya sea escondiéndome bajo una mesa, caminando más rápido o fingiendo estar limpiando una de las armaduras.

—Si hubiese sabido que escapar iba a ser tan sencillo lo habría hecho hace mucho —pensé en voz alta justo antes de abrir la puerta.

En cuanto estuve afuera lo primero que percibí fue la fría brisa que me golpeó la cara y lo segundo fue la claridad y esplendor del día, haciéndome sentir libre por uno segundos.

Una de mis ilusiones cuando era una niña era hacer un ángel de nieve en nieve de verdad, por eso no pude evitar sonreír como tonta al ver el piso cubierto por una tenue capa de ese manto inmaculado.

Por un instante estuve tentada a lanzarme al piso y cumplir con esa ilusión, pero algo en el interior del bosque me estaba llamando como si se tratara de un imán.

Sabía que era peligroso adentrarme en en el bosque sola; podría perderme o un animal podría comerme. Pero mis ganas por averiguar qué era eso que me atraía de ese bosque pudo más que yo, comencé a adentrarme en él.

*'Anna, la curiosidad mató al gato'* —pronunció Pepe.

«Pero murió sabiendo».

Camine durante un buen rato hasta que me topé con un paraíso congelado; con kilos y kilos de nieve, tanto en el suelo como en los árboles, como si hubiese empezado a nevar hace varios días en vez de esta mañana. Además de que la hermosa cascada semi congelada le daba un toqué mágico y especial.

—Aquí se respira paz —Cerré los ojos e inhale el aire puro y sentí como mi cuerpo se relajaba. —Hacían tanto tiempo que no me sentía de esta forma —lleve mis manos a mi vientre —porque desde que me enteré de tu llegada mis preocupaciones aumentaron.

Le digo a mi bebé y los recuerdos de ese día vinieron a mi mente.

*Flashbacks:

Los escritores, guionista y productores se basan en los argumentos de espiritistas y en las  experiencia de  personas que han estado al borde de la muerte para afirmar que antes de dejar esta vida se reviven los recuerdos más felices.

Pero todos están equivocados, porque lo que yo vi antes de morir fue una alucinación; me vi bailando al ritmo de la canción Physical de Dua Lipa con Adolfo.

¿Por qué digo que era una alucinación? Porque no recuerdo haber bailado con él esa pista. Además de que yo estaba sumamente feliz, exceptuando los momentos en que me ponía en modo posesiva, cuando otra mujer intentaba llamar la atención del rubio. Pero como él tenía ojos solamente para mí pronto se me pasaba el mal humor y volvía a sonreír. Porque algo en su mirada me decía que a ese hombre lo tenía a mis pies y eso me hacía sentir poderosa e invencible.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now