"Capítulo 38" √

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Capítulo largooooo a petición de algunas lectoras... Espero lo disfruten.

.*Anna*.

Estaba sumida en un sueño tan profundo que por poco no siento el cosquilleo que provoca la caricia de mi mamá en mi mejilla derecha. Desde que era niña siempre me despertaba de la misma manera, y cuando abría mis ojos me sonreía con tanta dulzura y amor que nunca me hizo nada más para saber que me amaba.

-Cinco minuticos más, estoy durmiendo muy rico y no quiero despertar todavía -murmuro y el sonido de una risa que conozco perfectamente me sacó de mi fantasía.

Rápidamente abro los ojos y me topo de frente con esos enigmáticos ojos azules que tanto me gustan y que en este momento odio.

-Buenos días, belleza -susurró en mi oído con esa voz profunda que tenía.

De un movimiento brusco lo alejé y me senté en la cama para encararlo.

-Largo o te dejaré sin descendencia -le amenacé, causando que él estallara en carcajadas.

-¿Por qué tan enojada? No hice nada para despertarte -se defendió y me dieron ganas de ahorcarlo.

¿Le parece poco el haberme dejado como novia de pueblo, vestida y alborotada?

-Largo o no respondo por mis actos -reitere y él se acomodó en la cama junto a mí.

-¿Por qué me iría? Está es mi recámara -dijo con con una expresión burlona en su rostro.

No me hizo falta ver a mi alrededor para saber que tenía razón. Anoche, después que Brad dejara a Fina en mi cama, algo me tenía muy inquieta e intranquila. Era una sensación bastante extraña ya que sentía una enorme tristeza en mi corazón pero yo no me sentía abatida.

'Te sientes así por el vínculo que tú y Adolfo comparten' -me había explicado Velika y por eso ignoré la opresión en mi pecho. Pero a las cuatro de la mañana esa sensación comenzó a ser agobiante, hasta el punto de sentirme asfixiada, y la única forma que encontré para mitigarla fue entrar a la recámara del perro cobarde y acostarme en su cama.

«¿Por qué me dejaste plantada? ¿Qué era más importante que cenar con tu mate?» -me pregunté mientras cerraba mis ojos e inspiraba profundo, llenando mis pulmones con ese delicioso olor que estaba impregnado en las sábanas, que no era otro que el aroma de Adolfo.

La idea inicial era permanecer aquí hasta calmar mi desasosiego y luego regresar a mi habitación antes del amanecer, puesto que Adolfo regresaría a primera hora, según Adam. Sin embargo, el sueño pudo conmigo y me quedé profundamente dormida.

-¿Por qué dormiste aquí en vez de tu cuarto? -quiso saber y yo no le respondí.

No porque fuese maleducada, no lo hice porque no tenía manera de justificar mi presencia a menos que le dijese la verdad y no quería exponer mis sentimientos ante él.

'Hazlo, dile la verdad' -me animó Velika.

-Anna, sino me dices asumiré que...

'Ya basta de mentira entre los dos ¿recuerdas?' -comentó el lobo.

-Tú y Fina están planeando...

-Te extrañe -lo interrumpí -me hiciste mucha falta -mi confesión borró todo rastro de diversión de su rostro. -Anoche sentía una inmensa tristeza y cuando entre aquí la melancolía disminuyó -mis ojos se llenaron de lágrimas al terminar de decir eso.

No quería llorar frente a él, no quería que me viera tan vulnerable, pero por culpa de las estúpidas hormonas prenatales estaba más subceptible.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now