Capítulo 9 √

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.*Anna*.

—Luis, el señor Miller se escuchaba muy preocupado, es mejor que bajemos del avión —le dije muy seria en lo que trancó la llamada.

—Tranquila, pulga —acarició mi mejilla —esta noche es para nosotros —dejó un beso en mi mano, provocando que mis mejillas se tornaran de color carmesí.

—¿Por qué huimos precisamente Sao Paulo? ¿Por qué simplemente no nos fuimos a hospedar en otro hotel? —pregunté para cambiar el tema, antes de que se pusiera cursi.

—Esta noche quiero que celebremos que ¡POR FIN! Estamos juntos y en Río nos podríamos haber encontrado con ese imbécil —su expresión de ternura cambió a una de odio puro.

Cuando le hablé sobre Adolfo aseguró que no le importaba lo que pasó entre nosotros, es más hasta dijo que no valía la pena recordar el incidente o siquiera mencionarlo, pero a medida que pasan los minutos pareciera que sí le importa y mucho.

—Así que era mejor irnos de allí y el vuelo a Sao Paulo era el más próximo a despegar —me explicó tomando mi mano y entrelazando nuestros dedos —¿Te he dicho cuánto te amo?

—No sigas diciendo eso —comenté avergonzada.

Escuchar la palabra te amo salir de sus labios era la cosa más sublime y fantástica que me pudiera pasar, pero sentía que si lo repetía mucho nuestro amor se podría desgastar o terminaría despertándome de este hermoso sueño.

—¿Por qué? —esbozó una enorme sonrisa. —Me encanta decirte que te amo y lo bella que eres —se llevó mi mano a su pecho para que sintiera lo rápido que estaba latiendo su corazón. —Quiero que sepas que solo tú eres capaz de descontrolar mi corazón de esa manera,

—Luis...

—También me gusta decirte que mi fantasía siempre fue estar a tu lado y perderme en tus bellos ojos grises —me miró con adoración, como si fuese lo más hermoso de la tierra. —Anna, te quiero entregar mi amor, mis sentimientos, mis sueños, mis anhelos y mi vida entera.

Unas traviesas mariposas se alborotaron en mí estómago, mis latidos se incrementaron y el rubor de mis mejillas se acentuó más.

—Deseo pasar cada instante de mi existencia junto a ti y ¡QUIERO —fue elevando la voz hasta gritar. —QUE TODAS ÉSTAS PERSONAS QUE VAN EN ESTE VUELO, SIRVAN DE TESTIGO! —miró en todas las direcciones, llamándo la atención de los demás pasajeros —¡LE ESTOY DECLARANDO MI AMOR A ESTA MARAVILLOSA MUJER! —me señaló y las azafatas se comenzaron a reír.

¡Este idiota está loco! Y lo peor es que me tiene completamente enamorada, no que digo completamente enamorada, completamente embobada.

—¡Ya basta, Luis! —le di un pequeño golpe en su tonificado brazo —Me estas avergonzando —él se partió de la risa ante mi comentario.

—Cariño, estamos en Brasil, aquí hablan portugués y yo hablé en español, así que pocas personas me entendieron —depositó un tierno beso en mis labios.

—Con más razón, idiota. —Lo volví a golpear. —Los que no entendieron nos tomaran por locos y..... —me robó un inocente beso.

—Ya deja de hablar y bésame —Sonreí como boba y nos besamos.

Con cada beso que nos dábamos sentía que lo que estaba pasando era real y esa sensación me lleno de felicidad.

(...)

— ¿Pulga, ya estás lista? —preguntó tocando la puerta del baño por quinta vez.

—No me estés apurando, si tanto quieres usar el baño renta otra habitación —conteste.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now