Capítulo 26 parte 2 √

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.*Anna*.

La ropa que Josefina escogió consistía en un hermoso corpiño blanco con piedras de diferentes formas, tamaños y colores (turquesa, naranja, fucsia y morado) que formaban flores. Un pantalón de vestir negro y un blazer ajustado del mismo color. Y por supuesto no podían faltar los enormes tacones de aguja negros que casualmente tenían las mismas piedras que el corpiño.

Todo el conjunto se veía fenomenal en mí; el escote en forma de corazón hacia ver a mis pechos ligeramente más grandes y la tela del pantalón se adhería tanto a mi retaguardia, que tuve que descartar la idea de usar bragas. Y aunque los tacones me parecían muy altos Josefina me obligó a usarlos, porque según ella me hacían lucir más poderosa.

Terminando de vestirme Iván vino a buscarme, porque ya todo estaba listo. Me llevó cargada hasta el helipuerto para ahorra tiempo y y ya en el helicóptero Josefina comenzó a aplicarme maquillaje y a peinar mi cabello en una trenza de medio lado, que ocultaba perfectamente las iniciales del perro cobarde, porque no quería que la marca estuviese a la vista como si yo fuese una res.

-Hay que apresurarse o llegaremos cuando todos se hayan ido -Mencionó Iván en lo que aterrizamos en el techo.

-Yo le haré compañía a Adam mientras ustedes entran a la reunión -comunicó Fina en lo que bajamos.

No me dio tiempo de responderle, ya que Iván me tomó por el brazo y me arrastró adentro del edificio.

Los pasos de él eran tan largos y rápidos, y mis tacones tan altos e incómodos, que poco después de que soltara terminé perdiéndolo de vista.

-¡ANNA POR AQUÍ! -el grito Iván provino como de 5 pasillos diferentes.

-Este lugar parece un laberinto -murmuro en voz alta.

«¿Qué se hizo?» -le pregunto a Velika.

'Sigue derecho, a medio camino gira al pasillo de la izquierda y en la última puerta lo encontrarás' -indica el lobo.

Seguí sus instrucciones al pie de la letra, pero antes da llegar al pasillo dos gorilas, bastantes amenazadores, me interceptaron.

-¿A dónde crees que vas, muñeca? -cuestiona uno de ellos, cuya fisionomía tenía similitudes con la roca.

-A la reunión -respondo sin titubear.

Ambos hombres me triplicaban en tamaño y fuerza, pero no por eso me dejaría intimidar.

-Muñeca, esta parte del edificio no es apta para... -me miró de arriba a abajo, quedándose más del tiempo requerido en mis pechos -civiles.

-Así que vayase por donde vino -intervino el otro que también tenía un cuerpo robusto y definido, como el de los luchadores profesionales.

'Debes presentarte, recuerda que nadie fuera de la manada principal te conoce' -me dice Velika.

-Mi nombre es Anna Acosta y soy la Luna Superlativa -ambos estallaron en carcajadas.

'Debes usar el apellido de casada no el del soltera' -me regañó -'¿Acaso olvidaste que para nosotros las mujeres adoptan el apellido de su esposo al contraer nupcias?'

Si había algo que quería evitar a toda costa era que me conocieran por el apellido de Adolfo. Yo quería ser reconocida por mi apellido, por mis propios méritos.

-Si tú eres la Luna Superlativa yo soy el hermano del alfa -se mofó el que se parece a la roca.

-Y yo la nana -le siguió la broma el otro.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora