Capítulo 25 √

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Capítulo 25 = Esto se pone bueno

.*Anna*.

—¡Tú no eres nadie para tomar alguna decisión con respecto a la casa! —Gritó Sophie con su horripilante voz.

—Querida, yo puedo hacer aquí lo que me plazca, porque esta mansión —señale toda la estructura, para que no le quedara duda —la construyeron para la Luna Superlativa y esa soy yo no tú.

—¡CLARO QUE NO! —Gritó aún más alto, aturdiendo mis tímpanos.

«Es hora de la dulce venganza».

—Sophie, no grites que no estoy sorda —me rasco el oído —Además tus gritos y berrinches no harán que deje de ser la mate de Adolfo y tú sólo la amante. —Hice un gesto con la mano para restarle importancia. —Un personaje que es tan poca cosa que puede ser reemplazado en cualquier momento.

—Las esposas también pueden ser reemplazadas en cualquier momento, por las amantes, cuando éstas no complacen a su hombre en la cama —Dijo con arrogancia.

Me reí para fingir que su comentario me molestó.

—Yo soy más que su esposa, soy su mate —le mostré mi marca —aunque te duela.

Con cada palabra estaba cavando mi propia tumba, porque esta mujer está mal de la cabeza, pero no por eso iba a determe.

—Podrás ser su mate pero su mujer soy yo —alardeó.

Una parte de mí estaba feliz de no tener que compartir mi cama con Adolfo, pero la otra extrañaba amanecer entre sus brazos y se sentía celosa de que Sophie tuviese ese privilegio.

—Y aunque lo niegues yo sé muy bien que tú quieres a Adolfo y te duele que vea en mí lo que a ti te falta —Se mofó en mi cara y una rabia se apoderó de mí.

«Ni creas que me voy a quedar callada, zorra de mierda» —Solo había una manera para aplastar su ego y estaba dispuesta a todo con tal de lograr mi cometido.

–Sophie, lo que Adolfo ve en ti es a alguien que le sirve para desahogar las ganas que tiene de volver a estar en medio de mis sábanas –la miré de arriba a bajo con lástima, como si fuese un animalito indefenso –Pero para tu mala suerte la única mujer que lo puede complacer como hombre y llevarlo al cielo soy yo.

Su ojo izquierdo comenzó a temblar como con un tip nervioso.

–Mentirosa, no puedes saber qué le gusta, solo estuviste con él una vez y eras una virgen de mierda que no supo como actuar delante de semejante semental. –Escupió con rabia.

Me cabreo que él le tuviese tanta confianza para andar diciéndole cosas tan privadas. Pero al mismo tiempo estaba feliz porque ella misma me dio la herramienta para destrozarla.

–Desde el primer instante que lo vi ambos sentimos una mágica conexión —recordé el toque electrizante que recorrió todo mi cuerpo en el aeropuerto. —Desde entonces quise tenerlo entre mis piernas

«Dios, perdoname por la mentira que diré».

—Por eso esa misma noche decidimos hacer el amor… —Me quedé callada unos segundos mientras unos vagos recuerdos aparecían en mi mente. —Él fue muy dulce, considerado y apasionado conmigo —ella fruncio el ceño. —Y te aseguro que él disfrutó mucho el haber pasado por mi cama, pese a no tener la experiencia que a ti te sobra —los músculos de su mandíbula se endurecieron.

—¡TÚ ESTABAS EBRIA ASÍ QUE NO RECUERDAS NADA DE LO QUE PASÓ ESA NOCHE! —Me aseguró.

—Me acuerdo perfectamente de esa maravillosa y excitante noche —me aclaré la garganta antes de relatar los pensamientos confusos que llegaron a mí. —Ambos estábamos ansiosos por comenzar así que lo primero que hicimos fue desnusdarnos, en medio de besos llenos de deseo…

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz