Capítulo 34 √

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.*Anna*.

—Anna, debemos llegar a la mansión o se preocuparan.

Después de la confesión de Brad me subí a la camioneta, con ayuda de Fina, y hemos estado dando vueltas para postergar la llegada a la mansión; ya que si llego en el estado que me encuentro llamaran a Adolfo y sabrá que Brad desobedeció su orden al contarme lo que los Miller le habían hecho a mi familia.

Una parte de mí le agradecía el gesto, pero la otra estaba molesta porque yo merecía saber lo que había ocurrido.

'Él solo te quiso evitar un sufrimiento innecesario' —habló Velika. —'Él sabe lo mucho que aprecias a la familia Miller y no quería que los odiaras'.

La verdad nunca podría odiarlos, ellos fueron sumamente buenos conmigo; me pagaron la carrera, me dieron trabajo, me ayudaron a salir de la fosa donde me encontraba después de la muerte de Claudia; sin ellos yo no estaría hoy aquí y por eso siempre les estaría agradecida.

Además, las decisiones que tomaron, aunque erradas, las hicieron pensando en el bienestar de su familia, su manada, puesto que Adolfo estaba ejerciendo sobre ellos mucha presión, y como dicen: "ante situaciones desesperadas se toman medidas desesperadas, sin importar por encima de quién tengas que pasar". Por supuesto esto no los libraba de culpa, ya que debieron encontrar otra forma de "persuadirme" para que aceptara irme con Adolfo.

«"Tanto Magda como yo vemos en ti la hija que no pudimos tener"».

Gruesas lágrimas se deslizaron por mi rostro al recordar la última conversación que había tenido con el señor Miller.

Yo en verdad creía que me veían de ese modo, como a una hija, y por eso les quería, les admiraba y hubiese puesto mis manos al fuego por ellos. Pero con lo que hicieron me decepcionaron completamente.

¿Por qué todos los padres que me consigo no les importa lastimar a sus hijos? O ¿quizás yo estoy errada y esa es la forma en que los padres demuestran afecto?

Lleve mis manos a mi vientre y pensé en mi bebé.

Desde que me enteré de su existencia he hecho de todo para protegerlo; he buscado el respeto y la aceptación de la manada como Luna Superlativa, me enfrente a Adolfo, a la tarántula, a la manada y ese grupo de machistas, todo con la finalidad de que mi hijo se desarrolle correctamente.

«Yo no puedo estar errada, un padre siempre procuraba el bienestar de sus hijos» —concluí, ya que eso era lo que deseaba para mi pequeño o pequeña.

«"Anna, sin importar lo que pase de ahora en adelante, nunca olvides que te queremos"».

Esas palabras cortaron mi llanto abruptamente porque recordé un hecho que me había pasado desapercibido.

*Flashbacks:

—¡Anna, que bueno que viniste! —exclamó con emoción el señor Miller cuando entre en su casa seguida de Luis. —Tengo muy buenas noticias —me dio un gran abrazo. —Convencí a unos amigos para que realizaran la conferencia médica en Brasil en vez de Alemania.

El entusiasmos del señor Miller me extrañó mucho, él había asistido a muchísimas conferencias, y aunque en esta expondrían avances científicos y tecnológicos que mejorarían la esperanza de vida en un 35% no tenía porqué emocionarse tanto.

—¿Por qué no estás feliz, criatura? —preguntó.

—¿Por qué debería estarlo? La sede es lo menos, lo importante es que se lleve a cabo lo más pronto posible para que los médicos comience a utilizar los nuevos equipos e implementen las nuevas medidas para mejorar la salud de la población —respondo con tranquilidad y los ojos del señor Miller brillan con admiración.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Where stories live. Discover now