Capítulo 16 parte 3 √

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.*Anna*.

-Creí que durarías más -comentó Fina en lo que salí del baño.

La idea de tomar un baño de agua caliente era pasar al menos 30 minutos sumergida en la tina para relajarme un poco, pero ocurrió todo lo contrario, ya que en lo que el agua mojó mi cabeza el dolor empeoró y terminé de bañarme mucho antes de lo planeado.

-Cambié de idea, necesito dormir -omití lo del dolor porque no lo consideré importante. Había vivido tantas cosas en los últimos días que mi cerebro estaba sobrecargado y necesitaba descansar para volver a la normalidad.

-Voy a buscar algo para que te pongas -me avisó antes de adentrase en lo que supongo es mi armario. Aunque tomando en cuenta que esta es una mansión debe ser un vestier.

En lo que Josefina desapareció de mi campo de visión repare en lo magnífica y encantadora que era la recámara.

En lo que Josefina desapareció de mi campo de visión repare en lo magnífica y encantadora que era la recámara

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-Es sumamente hermosa, digna de una reina -digo en voz alta en lo que mi vista se queda en la cama.

Desde niña siempre había soñado con tener una cama como esponjosa, llena cojines, para poder saltar sobre ella.

«¿Sera que...? -Me asome en el cuarto que había entrado Fina y la vi distraída con toda la ropa. -«Es ahora o nunca». -Corrí hacia la enorme cama y comenzar a saltar en ella.

Una parte de mí reconectó con mi niña interior e inmediatamente sentí una inmensa alegría.

-La ropa... ¿Qué haces? -pregunta Fina de repente y yo me quedé congelada, como un niño cuando lo descubren en plena travesura.

-Nada -rodó los ojos y negó con la cabeza.

-No te digo nada porque yo también hice lo mismo cuando llegué -admitió y yo empecé a reírme. -Volviendo al tema inicial, toda la ropa es horrible -me dejé caer en la cama.

-No exageres, no puede ser tan malo como dices -me puse de pie y ella me lanzó un suéter tejido de color oliva.

-Eso es lo mejorcito que encontré, porque todo lo demás es horrendo tanto en color como de modelo y tipo de tela.

Tomo la prende entre mis manos y la evalúo minuciosamente; la tela es dura y áspera, tiene pequeños agujeros, las costuras parecen hechas por un niño de cinco años por lo torcidas que están, y para rematar no es de mi talla sino una mucho más grande.

Yo no soy una mujer que le guste andar con ropa ajustada, porque siento que me asfixio, pero tampoco me gusta usar ropa tan holgada, porque siento que me ahogo.

-La ropa de mi abuela es mucho más bonita que esto -puse cara de asco y tiré el suéter a la cama.

-¿Quién habrá comprado esta ropa? -se preguntó Fina.

Soy La Mate Del Alfa (Libro 1 de la saga: Secretos De Luna) {Editando}Kde žijí příběhy. Začni objevovat